Cartas de los lectores

07 de enero

Pasividad
La sinrazón israelí se adueña otra vez de la escena internacional. La desunión de las naciones árabes condena de nuevo al pueblo palestino al escenario de muerte y destrucción al que estamos tan habituados. La pantomima de la Unión Europea intenta ocultar, una vez más, la vergüenza de su incapacidad y la cobardía de su obediencia debida a Estados Unidos e Israel, las dos potencias militares que vulneran impunemente desde hace décadas el derecho internacional y las convenciones humanitarias en conflictos bélicos.
Por enésima vez, el sionismo radical impone sus procedimientos –terrorismo de Estado y guerra brutal– con el beneplácito de la comunidad internacional, que avala, con su inacción, el doble rasero del marco jurídico que establecieron las naciones para solucionar los problemas. Se pone en evidencia, otra vez, la hipocresía de un derecho internacional que se aplica con fuerza a los países débiles y que se invoca tímidamente con los países fuertes.
La respuesta israelí a los ataques de Hamás y Hezbolá, siempre tan desmesurada en su crueldad, causa tal vergüenza y asombro que deslegitima la razón y simpatía que recibió el pueblo judío ante el Holocausto. Quien ayer fue víctima, hoy es verdugo. Quien ayer tuvo razón, hoy la perdió. ¿Será el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, la enésima esperanza frustrada?
Xavier Muñoz / Madrid

Ahorrar la realidad
"Israel continúa garantizando que la población civil en Gaza recibe alimentos, medicinas y otras necesidades humanitarias", ha aclarado el Gobierno israelí en un comunicado oficial difundido por su ministerio de Asuntos Exteriores. Menos mal. Creía que una cuarta parte de las víctimas de la última invasión eran civiles y que Gaza llevaba 18 meses de estrangulamiento económico indiscriminado. Pensaba que el oleducto de Nahal Oz, que abastece las necesidades de un millón y medio de palestinos de la franja, se mantenía deliberadamente cerrado desde el 26 de diciembre.
Gracias a la operación
Plomo Fundido he podido darme cuenta a tiempo que no sólo "no existe una crisis humanitaria", sino que incluso
"organizaciones internacionales han solicitado la suspensión de sus envíos, porque no hay más espacio en los almacenes de Gaza".
Ahora ya sé que quedan más de diez panaderías operativas en toda Gaza; que lo de la escasez de harina y otros granos eran auténticas chorradas; y que no es verdad que siete de cada diez palestinos no tengan acceso a agua corriente. A falta de medios internacionales en la franja, menos mal que disponemos del Gobierno de Israel para ahorrarnos amablemente la crudeza de la realidad.
Enric Miravitllas / Barcelona

Singladura por el PP
En la navegación política no necesitamos tirar de las verdades cuestionables que

se desprenden de las oleadas de encuestas. Estas pueden ser traídas a colación de manera maliciosa o interesada por algunos medios o grupos de poder, para afirmar,
con cierto grado de certeza, que Mariano Rajoy, que tiene sus días contados al timón de la directiva de un PP revuelto, es torpedeado por propios y extraños de manera continua y legítima dentro de la lucha política, para ver si así alcanzan una línea de flotación que el líder popular tiene muy descuidada por todos sus flancos.
Si la camarilla de políticos populares que sueñan con hundirlo no lo han abordado a degüello ya, es más por la cercanía de comicios electorales que por el calado del líder político, o por la clarividencia de María Dolores de Cospedal en la cofa del vigía, o por la fortaleza de una Santa Bárbara formada por Soraya Saénz de Santamaría, Javier Arenas, Alberto Ruiz-Gallardón y Esteban González Pons. Los cabecillas hostiles se frotan las manos, aposentados en la calma de que en las tres próximas citas electorales pueden levantar una fuerte marejada que les solvente el trabajo sucio en su labor de asedio al máximo dirigente popular.
Así, y con la certeza de que a aguas revueltas ganancias de pescadores, Rosa Diez echa las redes en los caladeros de votos del PP para obtener una buena captura en una faena muda, sorda y eficaz. Pero Rajoy no se despedirá de la política a bordo de un helicóptero. Ya tuvo suficiente con la experiencia de la que salió ileso y acompañado por quien hoy mueve las aspas de un ventilador que genera borrascas políticas internas.
Juan Carlos Pérez / Bormujos (Sevilla)

Agresión escolar
Un colegio de Madrid ha sido condenado a pagar 30000 euros a un alumno que sufrió acoso escolar durante dos años. Con este problema sucede igual que con el maltrato a la mujer. Al principio no se tomó en consideración y ahora todas las medidas son insuficientes.
Cuando un niño sufre acoso de sus compañeros, el
colegio lo niega y los profesores miran para otro lado. No quieren complicaciones, no dan importancia al asunto. Desconfían del niño acosado y le acusan de comportamiento inadecuado hacia sus compañeros. A los padres del niño acosado se les acusa de sobreprotegerlo. No quieren enfrentarse a los padres de los alumnos acosadores, ni molestarse en ejercer un control estricto.
Cuando la violencia es
evidente, normalmente la
víctima cambia de colegio y los culpables siguen en su sitio, apenas amonestados, porque se trata de no causarles traumas. Si los actos agresivos suceden fuera del colegio,
qué mejor para los profesores, tutores y director. Se lavan más las manos. Pero el acoso impune en el colegio es lo
que lleva a la agresión más allá de sus muros.
Antonio Nadal / Zaragoza

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