Cartas de los lectores

19 de diciembre

El aguinaldo
Cuando yo era pequeño, entre los años 50 y 60, los niños no podíamos pedir el aguinaldo: a pesar de que la hambruna de la posguerra había pasado, en los hogares no había mucho margen para el lujo de la propina. Por eso, para sacarnos unas pesetas para la Navidad, que ni siquiera los abuelos nos podían dar, íbamos a coger aceitunas. "Al arrebusco" que se decía entonces. Más tarde todo cambió un poco, pero ahora hemos vuelto casi a esa época, y si los niños quieren algo por cantar el aguinaldo deberán llevar, además de la pandereta y la zambomba, un terminal para poder pasar la VISA.
Eso sí, hay quien, a pesar de los pesares, sí tiene asegurado el aguinaldo navideño. Y todo ello, mientras más los jóvenes, las mujeres, los trabajadores en general y los autónomos en particular atraviesan una situación difícil.
Ángel Morillo Triviño
Castuera (Badajoz)

Propinas millonarias
¿Dónde toman el café Zapatero y Solbes? No en el mismo lugar, a la vista de sus experiencias: a Zapatero le cuesta barato, mientras que donde lo toma Solbes parece que los clientes dejan el 50% del precio de propina (será un lugar de postín, teniendo en cuenta que la media nacional de propinas en bares y restaurantes es de 17 céntimos). Los españoles tenemos al café como una costumbre irrenunciable, pero ni nos cuesta barato ni dejamos propinas millonarias.
Antonio Nadal Pería

Zaragoza
¿Salvar el planeta?
Bienvenidas sean cuantas medidas se tomen en cumbres y tratados para hacer frente al cambio climático y al problema del medio ambiente en general; pero desengañémonos: estos encuentros nunca alcanzarán los consensos ni la eficacia necesaria para solucionar la contaminación, ni las sociedades tomaremos la suficiente conciencia para hacer frente al problema.
Nuestro sistema de desarrollo es una potente locomotora fuera de control que no se detendrá hasta que se le acabe el combustible fósil que la alimenta. Y lo que el mundo necesita sin demora es tomar el control y empezar a alimentarla con energías limpias. La pregunta es inevitable: ¿estamos preparados? ¿Llegaremos a tiempo para ese cambio?
A pesar de que el mundo vive un momento crítico y de incertidumbre, tengo el convencimiento de que el sistema terminará salvándose a sí mismo. Me explico: cuando los combustibles fósiles y las materias primas disminuyan y aumenten de precio, será negocio reciclar y buscar alternativas energéticas limpias, y estoy seguro de que los especuladores, que son muy imaginativos, no nos defraudarán, y aprovecharán esta gran oportunidad para salvarse ellos y, sin pretenderlo, salvar el planeta.
Pedro Serrano

Valladolid
Bali ha sido un fracaso
No entiendo muy bien cómo se puede decir que la reunión de Bali "ha alcanzado el mejor acuerdo posible". Al principio del encuentro se afirmaba que el objetivo de la UE era que para 2020 las emisiones de CO2 se redujeran entre un 20 y un 40% respecto a los niveles de 1990. Al final de la cumbre, eso va a pie de página y no es obligatorio. En mi opinión, Bali ha concluido en un fracaso: ahora hay que esperar dos años más para negociar y, además, no se garantiza un acuerdo real y verificable de reducción de emisiones para cuando expire Kioto. El único país que ha conseguido lo que buscaba es EEUU. Bush estará contento, y la industria petrolera, también.
Mario Cuellar

Madrid

Nucleares sí, pero...
Al sr. Rajoy se le ocurría no hace tanto proponer el uso de la energía nuclear para reducir en parte la producción de CO2, ese gas que contribuye a facilitar un cambio climático que, según le ha dicho su primo, no existe. Aduce el líder del PP que se han producido grandes avances y que ahora la energía nuclear no tiene problemas de seguridad, es más barata, etc. Cabe suponer que no ignora que buena parte de la energía producida se pierde a través de las redes de distribución, siendo mayor la pérdida cuanto mayor es la longitud de la red. En consecuencia, y por razones de eficiencia, la producción debe estar lo más próxima posible al lugar de consumo. ¿Conclusión? Nucleares sí, pero en el Paseo de la Castellana, en las Ramblas, en el Palacio de las Artes y las Ciencias, en... Después de todo, es la propuesta más lógica y eficiente. ¿O no?
Miguel Burillo Yus

Teruel

Hay esperanza
La Conferencia de Donantes de París abre nuevas expectativas para el desolador panorama de Oriente Próximo. La
inesperada recaudación de fondos encaminados a descongestionar las depauperadas cajas palestinas y las medidas dirigidas a normalizar las relaciones del Gobierno de Abbas con la comunidad internacional, especialmente con la Unión Europea, son un fuerte espaldarazo a la legitimidad de éste y una bofetada a Hamás, ninguneada ante un mundo que mira hacia adelante e ignora las demostraciones de fuerza de la marea verde islamista en la Franja de Gaza. Una vez más, el impulso diplomático de Sarkozy, recomendando una fuerza internacional para la zona, y la inestimable ayuda de Estados Unidos y los Veintisiete abren nuevas vías de solución a este interminable problema. El final de la Administración Bush, la necesaria legitimación internacional de Abbas y el nuevo impulso europeo empujan en la dirección deseada. Si Israel sigue moderando sus acciones y respeta los compromisos adquiridos, siempre que su seguridad no se vea deteriorada, quizás el nuevo año nos depare gratas noticias en una zona que nos tiene acostumbrados, casi siempre, a lo peor. Las palabras de Solana, cuando asegura que no hay que sumar el número total de promesas sino la cantidad de éstas que se cumplen, aconsejan el camino de la prudencia y la moderación, pero invitan a la esperanza.
Diego Contreras

Sevilla

Más Noticias