Cartas de los lectores

3 de enero

O.K.
El octavo presidente de EEUU fue un hombre llamado Martin Van Buren, nacido en Kinderhook, un pueblecito del Estado de Nueva York. Se hizo representante de ese distrito en la capital, Albany, luego senador y más tarde presidente de Estados Unidos durante un mandato (1837-1841). Pero antes de eso, cuando llegó a Albany representando a Kinderhook y sus campesinos, los políticos de las grandes ciudades se burlaron de él por su origen. Sin embargo, él no sólo fue un buen político (si tal animal existe), sino que también se ganó la fama de humanitario y decente. Visitó a muchos niños enfermos en hospitales, e hizo bastantes obras de caridad en general. Tanto es así, que sus colegas empezaron a llamarle Old Kinderhook, y el apodo se quedó para siempre.

Cuando por fin se convirtió en candidato a la presidencia del país, el mánager de su campaña, buscando un eslogan con garra, recurrió a su apodo –es decir, Old Kinderhook For Pres.–, pero el nombre entero no cabía en los botones de propaganda electoral. En consecuencia, decidieron poner sólo las siglas; o sea, O.K. For Pres. Resultó elegido, aunque no pasó a la historia como un presidente excepcional; con todo, siguió siendo una persona decente, y desde entonces la gente empezó a referirse a casi cualquier cosa buena, válida o decente como O.K. ¿O.K.?
Richard M. McBride
Valencia

La familia es vital
Es de agradecer que más allá de nuestras fronteras la televisión y la prensa se hayan hecho eco del acto en pro de la familia celebrado en Madrid por iniciativa del cardenal Rouco Varela. Desde hace un tiempo, en nuestro querido mundo globalizado se menosprecia a la familia. La familia, a quien todos le debemos lo que somos, para bien o para mal incide decisivamente en la tutela de los individuos hasta la edad adulta, y los hace merecedores o no de formar parte del ente social. Las políticas que no sólo no sostienen sino que anulan o perjudican a esta institución envenenan la convivencia a la que antes o después están llamados a participar los hijos de cada unidad familiar. La familia es, pues, vital para la transmisión de valores como la honestidad, la laboriosidad, el despego de los bienes ajenos, la moralidad sexual y tantos otros que hacen de nuestro caminar de hombres algo soportable. Bastante dureza trae la vida consigo como para añadir el mal hacer de los hijos de las familias sin estructura edificadas por una política sin escrúpulos...
María D. Bravo
Barcelona

Dijo el clero...
Cinco bulos familiares:

1) Dijo el clero que la familia cristiana está amenazada, pero a nadie se le impide que la tenga; más aún, esa familia está subvencionada con capellanes, escuelas concertadas... Las familias amenazadas son las de los demás, porque el clero intenta eliminar el divorcio, los anticonceptivos, etcétera.

2) Dijo el clero que no iba hacer una manifestación, sino un acto litúrgico, pero el domingo todos vimos sus múltiples pancartas y banderas políticas, y a sus representantes hablando de política, no de Dios, a dos meses de las elecciones.
3) Dijo el clero que "la familia debe ser la primera prioridad mundial", porque "la familia es lo mejor que tenemos"; pero no predica con el ejemplo, ya que, a diferencia de los demás clérigos, incluso católicos ortodoxos, éste se niega a sacrificarse y tener una familia.
4) Dijo el clero que "nos dirigimos a la disolución de la democracia" y que "España retrocede en derechos humanos", cuando representa a un Vaticano que ha rechazado muchos tratados de derechos humanos de la ONU y niega la democracia en su propia estructura.
5) Dijo el clero que el 30 de diciembre reuniría a unas 200.000 personas, pero después afirmó muy serio que eran dos millones, cuando un elemental cálculo geométrico muestra que eso implicaría 30 ó 40 personas por metro cuadrado ocupado.

La sociedad española, bien informada por unos medios de difusión que el clero no consigue ya amordazar, hace años que denuncia a esa tan politizada organización como la institución en que menos confía; desconfianza que estos desaforados bulos –en el desesperado intento clerical por recuperar su dictadura espiritual– no hará sino confirmar y ampliar.
Diego Mas Mas
Madrid

África, como el gruyère
El continente negro es como un queso de gruyère: lo están agujereando por todas partes. África es la madre nutricia de la mayoría de las materias primas que hay en el mundo, e interesa sobre todo por sus recursos naturales, pero éstos son extraídos al menor coste posible, eludiendo los sistemas impositivos locales e incluso utilizando la violencia, que a mayor abundancia ejercen los propios africanos como si ésta fuera un lastre insuperable de sus culturas.

Desde que comenzó la descolonización de África (1957), cuando cualquier Gobierno africano da el mínimo paso para librarse de la presión globalizadora neocolonial se encuentra inmediatamente con una revuelta popular bien organizada, armada hasta los dientes y revestida de sacrosantos derechos tribales.

Aparece la tribu, y el problema político que han creado los intereses económicos internacionales se transforma en un asunto africano de imposible resolución pacífica, porque se enfrentan identidades primigenias irrenunciables. Esto garantiza la continuidad del expolio económico y la quiebra sistemática de todos los intentos habidos de democracia representativa en países como Kenia o R.D. del Congo, al tiempo que aleja la posibilidad de forjar alianzas regionales al estilo de la propia Unión Europea, que sería la única forma que tienen los africanos de ocupar el lugar que les corresponde en el conjunto de economía global.
Luis Fernando Crespo Zorita
Alcalá de Henares (Madrid)

Más Noticias