Cartas de los lectores

18 de julio

El ‘show’ de Camps
El presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, reitera en su recurso que pagó sus trajes y que no
guarda recibo. Tenemos show para rato. Ya lo acertó bien Anatole France cuando dijo que "sin mentiras, la humanidad moriría de desesperación y aburrimiento".
Josep Robert Reig / Barcelona

Errar es humano
Soy médico y tengo 30 años de experiencia. He hecho muchas cosas bien pero también he cometido errores, como todos los profesionales de la Sanidad. En nuestras profesiones tenemos que tomar decisiones continuamente y es imposible que todas sean acertadas. Ocurre en todas las profesiones y, quien lo niegue, miente. Lo que ocurre es que, a veces, los errores tienen consecuencias fatales. Hay gente que corre para encender la hoguera y quemar al acusado mientras los medios de comunicación se apresuran para echar carnaza al tema. En el caso de la enfermera del Gregorio Marañón ha habido múltiples condiciones que han facilitado el error, error que, probablemente, habríamos cometido muchos en sus mismas circunstancias, porque lo que hay que cambiar son esas circunstancias y no a la enfermera. Tengo la certeza de que se trata de una gran profesional a la que hay que ayudar a superar el mal momento por el que atraviesa. En los malos momentos se necesita apoyo para levantarse y seguir. La sociedad debe entender que las circunstancias fueron la causa de la desgracia.
Miguel Saura González / Mortera (Cantabria)

¿Quiénes son nuestros vecinos?
Cuando nos mudamos de domicilio solemos tratar de conocer al vecindario. Sin ánimo de cotillear, nos interesamos por saber si nuestros vecinos son familia, cuántos son en la casa, etc. Recíprocamente –sin considerarlos entrometidos– no tenemos problemas para contestar preguntas sobre nuestras familias o vidas. Recientemente hemos empezado a recibir oleadas de inmigrantes en nuestras ciudades, pero ¿nos preocupamos por saber de dónde vienen? ¿Cuántos son? ¿Cuál es su cultura? El racismo y la xenofobia (dos de los mayores problemas sociales de todos los tiempos) se nutren, precisamente, del desconocimiento y la ignorancia sobre el otro, llegando al recelo y al miedo. Tristemente tendemos a clasificarnos en tres erróneos grupos: suramericanos (incluidas algunas nacionalidades como la dominicana o mexicana); magrebíes (en el mejor de los casos; si no, se les llama moros) y chinos (sean de esa nacionalidad o cualquier otra asiática). Mientras no comencemos a quitarnos la venda de los ojos y veamos que el otro también es un ser humano como nosotros –con anhelos, esperanzas, frustraciones, alegrías, tristezas y todo el sinfín de emociones–, no seremos capaces de crear una sociedad medianamente igualitaria.

Javier Lacomba / Valladolid

La cocaína es la muerte
La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción ha divulgado una nueva campaña publicitaria para prevenir las secuelas del derroche de la cocaína bajo el lema: "Cocaína. 60% más de sufrimiento para tu pareja en cada gramo".
Se está luchando por la vida –que es sagrada– y nadie ni nada debe atentar contra ella. La droga es la muerte, la inmolación de millones de seres humanos ingenuos en aras de uno de los más sucios y macabros negocios que ha conocido la humanidad. Se debe luchar contra la droga con una educación adecuada, una menor permisividad, un mayor respeto a la persona o el ofrecimiento a la juventud de una perspectiva vital. Los jóvenes españoles de 15 a 24 años califican que el abuso de estupefacientes es dañino, pero que lo consumen para verse integrados y porque estiman que es "lo normal a su edad". Este es uno de los principales resultados de la indagación "La lectura juvenil de los riesgos de las drogas: del estereotipo a la complejidad". Casi todos los trabajos para la prevención del consumo de narcóticos se han apoyado en que, lanzando una sensación de peligro, se prevendría el abuso de drogas. Los adolescentes juzgan que la sustancia más grave es la cocaína, seguida de las píldoras sintéticas, el cannabis, el alcohol y, por último, el tabaco. Así, en la batalla contra el comercio y el consumo de narcóticos, la voluntad de parar esta dañina amenaza para la sociedad que, además, provoca el terror y favorece la ruina física y psíquica de muchas personas, reivindica un compromiso gubernamental, una contribución mundial y el apoyo de la colectividad.
Clemente Ferrer Roselló / Madrid

Más impuestos
El Gobierno entregará 11.000 millones a las comunidades autonómas. La pregunta evidente es de dónde se va sacar el dinero cuando las cuentas públicas están en números rojos. Todas las respuestas coinciden en que, al final, el dinero tendrá que salir de alguna parte y será de nuestro bolsillo mediante los impuestos. Al aumento de las tasas sobre el tabaco, los carburantes o la eliminación de deducciones en el IRPF se unirán, con seguridad, más subidas impositivas próximamente.
A cada español, este acuerdo de financiación nos va a costar más de 250 euros, un dinero que se quita a los ciudadanos en una situación de crisis –cuando más se necesita– para dárselo a unos gobiernos autonómicos que, en muchos casos, se caracterizan por su tendencia al despilfarro y a la mala gestión.
Carmen B. Fernández / Barcelona

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