Cartas de los lectores

4 de abril

Una cruel diversión
Siempre ha existido una polémica respecto al tema de la tauromaquia entre partidarios y detractores. En la actualidad, según la Fundación Altarriba, esta práctica es apoyada por el 4,6% de los españoles. Las múltiples manifestaciones antitaurinas también muestran el rechazo de la mayoría hacia este obsoleto espectáculo.
Me cuestiono por qué aún sigue en pie, quizá sea por la tradición, por el turismo que atrae o por los 450 millones de euros anuales que mueve en España. Este espectáculo ofrece la impotencia de un animal frente a espadas, banderillas, caballos y hombres que se encargan de que sufra hasta el último estertor. Una vez muerto, al toro se le cortan las orejas y el valiente armado que lo ha hecho se regodea por la plaza mientras el público aplaude entusiasmado.
No es arte, es tortura. Nos convierte en personas insensibles hacia el sufrimiento de inocentes hasta el punto de aplaudirlo.
Aída Mar Ibáñez Picó / Valencia

Gerardo Díaz Ferrán se queda sin Mercurio
Hace unos días vimos cómo el gurú de los empresarios españoles ha vuelto a perder otra empresa, una compañía de seguros, que como principal cartera de clientes tenía la propia flota de autobuses que el presidente y el vicepresidente de la patronal tienen en su empresa de viajes Marsans.
Las cabezas pensantes de la CEOE vuelven a demostrar cuál es su capacidad de gestionar sus propias empresas y cuál es la forma práctica de frenar el desempleo y fomentar la creación de nuevo empleo, con la cual nos siguen intentado dar lecciones a los trabajadores.
Estos señores vuelven a destruir empleo, 82 nuevos desempleados engrosan las listas del paro. Esta situación está creada por los problemas de liquidez que arrastran por su pésima gestión empresarial, que ha hecho que casi 700 trabajadores estén en la calle sin cobrar las nóminas que les adeudan.
Ya es hora de que el PP nos diga si va a seguir defendiendo las medidas y las propuestas que este gurú de la creación de desempleo viene arrojando desde la tribuna de la CEOE, después de haber demostrado sus dotes como empresario de éxito.
Raúl Santiago García López / Santander

Acerca de las declaraciones de Mayor Oreja
Tengo 16 años y quiero mostrar mi indignación por las declaraciones del eurodiputado Jaime Mayor Oreja. Tenía entendido que durante el franquismo a cualquier persona que discrepara del poder era acusado de antiespañol y de querer destruir España, pero pensaba que con la democracia eso había acabado. Por lo visto me equivocaba.
Para Jaime Mayor Oreja, el Gobierno es un aliado potencial de ETA y Zapatero también quiere debilitar a España. ¿Está insinuando que el Gobierno toma decisiones con la intención de que la economía, la sanidad, la educación, la seguridad ciudadana... cada vez sean peores?

Tal vez sea por mi edad, pero no logro encontrar ningún adjetivo que se acerque a lo que opino sobre estas declaraciones. Me parece vergonzoso que alguien que se supone que quiere ayudar a España en tiempos difíciles haga esto.
Y si me permitiera un consejo, le diría que se preocupara menos por ganar las siguientes elecciones, y que, si lo que realmente quiere es ayudar a sacar a nuestro país adelante, cambie su discurso y apoye al Gobierno para acabar con ese grupo de asesinos de ETA.
Elena Cots Puncel / Valencia

Las injusticias te hacen adulto por desgracia
"Bienvenido a mundo de los adultos", dijo a modo de consuelo un buen entrenador de preinfantil de baloncesto a uno de sus jugadores cuando este se quejaba amargamente de que les habían robado el partido por no haberles apuntado en la mesa una canasta y de haber ido a la prórroga con un empate injusto en el marcador.
Pues bien, este breve diálogo me hizo pensar que el mundo de los adultos no es nada estimulante para los más pequeños, ya que en él se aprecian grandes dosis de injusticias, que, por ser de repetición, se hacen normales, entrando en el engranaje en muchas ocasiones de que el fin justifica los medios, aunque con la boca grande se quiere transmitir que no tiene que ser así. Y todo esto por no enfrentarse y rechazar lo que hace que las cosas se degraden y sean de esta forma.
El reflejo de todo ello lo tenemos sobre todo en el fútbol, que es donde más se aprecia que los engaños son rentables y donde tendrían que existir las sanciones postpartido para frenar esta práctica que tanto devalúa el espectáculo.
Manu Ballesteros Rodríguez / Bilbao

Ahora hay que pedir un carnet para poder correr
El mundo del atletismo popular está que trina. Se hace difícil entender la razón por la cual la Real Federación Española de Atletismo quiere imponer el uso de un carnet de corredor a los atletas anónimos; una especie de impuesto sin el cual no se podrá participar en las carreras del calendario de ruta a partir de noviembre de
este año.
No nos podíamos imaginar ni en sueños que una federación que nunca quiso saber nada de nosotros deseara tenernos bajo su amparo. Está claro que ahora quiere exprimir la gallina de los huevos de oro que supone una actividad creciente como la nuestra que, paradójicamente y por voluntad propia, nació y se desarrolló lejos de estamentos, despachos, impuestos y licencias.
La tormenta que se ha formado por el anuncio es monumental: somos legión los atletas anónimos que no queremos estar sometidos a ningún control impuesto. Y rechazamos de lleno lo que consideramos una insólita obligatoriedad, como si no hubiéramos sabido, participantes y organizadores, desarrollarnos suficientemente bien, solos a lo largo de los años.
Es de esperar que semejante arbitrariedad no prospere. La participación en las carreras nacionales se verá muy afectada. Y con ella el movimiento popular del atletismo. Popular y anónimo, sí, pero atletismo al fin y al cabo.
Miquel Pucurull Fontova / Barcelona

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