Con negritas

El culebrón eléctrico tiene más de una cabeza

El prudente silencio que guarda EDF de un tiempo a esta parte recuerda la quietud que suele preceder a la tormenta. Los franceses se están limitando de momento a achicar agua ante el torrente de iniciativas con que Iberdrola ha contestado a su acometida. Pero que permanezcan aparentemente a la defensiva no debe interpretarse como una renuncia, ni siquiera táctica, a sus planes en España. Unos planes, por cierto, a los que les viene de maravilla que el presidente del Gobierno, JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ZAPATERO, haya escondido en el fondo de un cajón su controvertida teoría sobre los "campeones nacionales de la energía".

EDF tiene puestos sus ojos en nuestro país y, salvo imponderables políticos que hoy por hoy no existen, va a ser muy difícil que dé marcha atrás. Su opción prioritaria es Iberdrola, donde además cuenta con la complicidad del principal accionista: la constructora ACS, propiedad de la familia MARCH, de los ALBERTOS y de FLORENTINO PÉREZ. Pero, si al final IGNACIO SÁNCHEZ GALÁN consigue mantener a buen recaudo el control sobre su compañía, nada tendría de extraño que el grupo galo buscara otras alternativas dentro del agitado sector eléctrico español.

En tal caso, uno de los candidatos a convertirse en objetivo de una operación corporativa es Endesa, que tiene a Enel como socio mayoritario (65%), aunque la gestión está en manos de JOSÉ MANUEL ENTRECANALES, que controla el 25% a través de Acciona. EDF mantiene de antiguo unas excelentes relaciones institucionales con los italianos, que últimamente no andan en demasiada buena sintonía con sus socios locales, hasta el punto de que todavía  no han sido capaces de pactar un plan estratégico para Endesa.

Tanto en un caso como en el otro, EDF obtendría, no sólo una notable presencia en España, sino también en América Latina, de donde los franceses se marcharon cuando las cosas vinieron mal dadas y que podrían querer reconquistar ahora que las economías del subcontinente van mejor. Si Iberdrola tiene profundas raíces industriales en México y Brasil, Endesa suma allí más de nueve millones de clientes, repartidos por Chile, Argentina, Brasil y Colombia. Cualquiera de las dos eléctricas, por tanto, son platos susceptibles de saciar el hambre de mercado de EDF.

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