Con negritas

Un sector subsidiado que gana más que nunca

Mientras el mundo asiste perplejo al desplome del sistema financiero, aquí la banca continúa ganando dinero a espuertas como si nada. Durante los nueve primeros meses del año, justo el periodo en que el azote de la crisis ha fustigado más duramente a España, sus beneficios rondaron los 22.400 millones de euros, con una mejora del 3%. Ni el encarecimiento del coste del pasivo, ni el parón de la actividad crediticia, ni el aumento de la morosidad han infligido un daño irreparable a la banca. Las ganancias no crecen al ritmo desorbitado al que lo hacían antes de que virase la situación;

pero, con la que está cayendo, sus accionistas, al menos sobre este particular, pueden considerarse afortunados.

Otra cosa es lo que tiene derecho a sentir el resto de los ciudadanos a la vista de tan prósperos resultados, después de la carretada de dinero que el Gobierno ha decidido poner encima de la mesa para apoyar a la banca. Es verdad que el aumento de las garantías de los depósitos y la inyección de 30.000 millones de euros para recuperar parte de la liquidez perdida pretenden devolver la tranquilidad a los ahorradores y reavivar la financiación de las empresas y las familias. Sin embargo, está claro que, directa o indirectamente, la banca alguna tajada va a sacar y es comprensible que eso irrite a quienes no acaban de creerse que sea imposible evitar que se beneficien de la situación los que menos lo necesitan.

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