Con negritas

El 'catenaccio' de Sánchez Galán en Iberdrola

Por más que Iberdrola insista en sostener lo contrario, parece evidente que la reforma del reglamento de su consejo administración, comunicada el martes a la CNMV, se ha hecho con la mirada puesta en FLORENTINO PÉREZ, cuyos movimientos mantienen desde hace tiempo a IGNACIO SÁNCHEZ GALÁN en guardia permanente. El último tuvo lugar a finales de julio, cuando ACS llegó a un acuerdo con Gas Natural para venderle su 46% en Unión Fenosa, lo que le permitirá disponer de los más de 7.000 millones en que se cerró la operación, aparte de reducir en un tercio el importe total de la deuda del grupo.

Florentino Pérez aseguró desde el primer momento que la salida de Unión Fenosa no ponía punto final a la aventura eléctrica que emprendió con sus socios (los ALBERTOS y la familia MARCH) a finales de septiembre de 2005. ACS se llevó entonces el gato al agua en la puja abierta por EMILIO BOTÍN para liquidar la posición del SCH en Unión Fenosa, donde tenía un paquete del 22,07% por el que habían mostrado su interés también AMANCIO ORTEGA (Inditex) y JACINTO REY (Constructora San José).

Durante los tres años posteriores, Florentino Pérez se hizo con el pleno control de la eléctrica gallega, metió la cabeza en Iberdrola hasta alcanzar el 13% del capital y se erigió en adalid de una reordenación del sector que aspiraba pilotar personalmente. Sus planes, sin embargo, se estrellaron contra el rompeolas que el presidente de Iberdrola fue levantando con tenacidad de hormiga para evitar que le pelaran las barbas, como se las habrían de pelar, bien que por otros motivos, a MANUEL PIZARRO en Endesa.

Sánchez Galán ha hecho todo lo posible para encarecer cualquier eventual asalto a la compañía y para acotar la capacidad de influencia en la gestión de cualquier accionista no deseado. De ahí, por ejemplo, la compra de Scottish Power en noviembre de 2006, que le costó más de 17.000 millones de euros, pero le permitió crecer de golpe un 60% y saltar al tercer puesto del ranking europeo. Y de ahí también la limitación al 10% de los derechos políticos para quienes sean titulares de una participación mayor, que se ha reforzado con los cambios en el reglamento del consejo de administración comunicados a la CNMV esta semana.

A por Iberdrola

Florentino Pérez, a la vez que anunciada su salida de Unión Fenosa, hizo saber que tenían el firme propósito de consolidarse en Iberdrola, cosa que necesita como agua de mayo si no quiere que se le descuadren las cuentas. La aportación de Unión Fenosa a los resultados de ACS viene siendo fundamental (6.000 millones en la cifra de negocios y 2.110 en los beneficios el año pasado) y Florentino Pérez aspira a que Iberdrola tome su relevo, aunque lo ocurrido el martes se lo pone más difícil.

 Conflicto de intereses

Cuando abandone Unión Fenosa, ACS no solo seguirá privada de ejercer en Iberdrola derechos políticos superiores al 10%, a pesar de que a día de hoy es propietaria de un 13% del capital y, según dice, está dispuesta a elevar esa participación. También deberá demostrar, si solicita un puesto en el consejo, que no la animan "intereses opuestos" al de la compañía presidida por Sánchez Galán, ya sea en el ámbito eléctrico o en cualquier otro en que ésta opere.

 Un consejo con numerus clausus

En el supuesto de que consiga superar ese obstáculo, aún tendrá que esperar a que se produzca alguna vacante, porque el número máximo de miembros del consejo se ha reducido a quince, que son los que tiene ahora. Sánchez Galán se ha cuidado mucho de alejar la posibilidad de que el año próximo se abra un hueco por la jubilación de JOSÉ ORBEGOZO y para ello ha suprimido el tope de edad, fijado hasta ahora en los 70 años.

 

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