Con negritas

Los Cosmen ya no serán los reyes de la carretera

Renunciar, al menos por ahora, al control de National Express, primer transportista de viajeros del Reino Unido y uno de los más importantes de Europa, no ha debido de resultar fácil para los COSMEN. Sobre todo porque esa operación los hubiera convertido también en líderes indiscutibles del sector en España, algo con lo que sueña desde hace años esta familia asturiana.

La retirada se ha producido después de una minuciosa auditoría de cuentas previa a la opa que los Cosmen se habían comprometido a lanzar sobre National Express. Qué han descubierto es algo que de momento no se sabe, pero nada bueno puede ser cuando les ha aconsejado dar marcha atrás de inmediato.

La última prueba de su interés por la operación la dieron los Cosmen el mes pasado, cuando mejoraron por segunda vez la oferta al valorar National Express en 876 millones de euros descontando la deuda. Y eso a pesar de que la compañía no es ningún mirlo blanco, pues la crisis le ha hecho mella y, además, en los últimos tiempos no anda en buenas relaciones con el Gobierno británico.

De todas formas, sorprende que los Cosmen hayan cambiado tan radicalmente de opinión a raíz de la due diligence, porque ellos ya son socios (18,5% ) y están representados en el consejo con una vicepresidencia. ¿Acaso los gestores les habían ocultado hasta ahora información relevante sobre la situación real de la empresa?

Los Cosmen se han apresurado a confirmar su intención de acudir a la ampliación de capital necesaria para tapar agujeros, aunque "sólo si se cumplen determinados parámetros". Eso sugiere una cierta desconfianza, que probablemente esté justificada y que se trasladó el viernes a la Bolsa de Londres, donde el valor se dio un notable batacazo.

National Express posee en España dos grandes operadoras de transporte de viajeros por carretera: Alsa, que le vendieron los propios Cosmen, y Continental Auto. Estas compras le generaron una deuda de 1.200 millones, que hoy es un pesado baldón para sus cuentas.

Refinanciación y desinversión
La deuda está pendiente de una refinanciación que se debería negociar el año próximo, aunque entre los planes de los Cosmen figuraba adelantarla. También tenían el propósito de desprenderse de activos no estratégicos, para lo cual habían mantenido conversaciones con Stagecoach, el principal rival de National Express. Entre los activos prescindibles, habían sido incluidas algunas concesiones ferroviarias y líneas de autobuses metropolitanos en el Reino Unido.

De la mano de un fondo
Ante la envergadura de su empeño, los Cosmen se habían aliado con un poderoso socio, CVC Partners, que en España rige los destinos del grupo textil Cortefiel y de la multimarca de restauración Zena, propietaria entre otras de la enseña Burger King. Ese fondo de inversión de origen británico, que en los años noventa se dio a conocer por la compra de Torraspapel a Kio y de Dorna a Banesto, siempre se ha sentido atraído por el transporte y en 2002 participó en la puja por Transmediterránea, que finalmente se llevó Acciona.

Buen negocio
Los Cosmen pretendían hacerse con las acciones de National Express que no tienen aprovechando su debilidad en bolsa, lo que había despertado fuertes reticencias entre el resto de los miembros del consejo de administración. Cuando la familia recibió el 18,5% del capital a cambio de Alsa, valían el doble del precio al que estaban antes de que el mercado vislumbrara la posibilidad de la opa.

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