Con negritas

Telefónica y PT en la encrucijada de Vivo

La última oferta de Telefónica por la participación de Portugal Telecom (PT) en Vivo seguirá en pie hasta mañana y ni un día más, según advirtió anteayer CÉSAR ALIERTA. La operadora española pretende tomar el pleno control de la brasileña y para ello puso a finales de junio mucho dinero sobre la mesa: nada menos que 7.150 millones de euros, prácticamente su beneficio de todo un año. Pero, cuando ya tenía en el bote a los propietarios de PT, el Gobierno socialista de JOSÉ SÓCRATES se sacó de la manga la anacrónica acción de oro, de tan difícil encaje en el Derecho comunitario europeo.

Eso ocurrió hace dos semanas, con ocasión de la junta general de PT convocada especialmente para votar la oferta de Telefónica, que recibió un abrumador apoyo (74%) del resto de los socios. Sólo algunos accionistas institucionales se lo negaron, incapaces de soportar las presiones del poder político a las que durante los meses anteriores se habían visto sometidos. A pesar de ello, so capa de proteger los intereses estratégicos de Portugal, el Estado vetó ipso facto la operación, haciendo mangas y capirotes de la inequívoca voluntad de la junta.

Telefónica decidió abrir entonces un compás de espera de quince días, que vence mañana sin que haya noticias que inviten a pensar en un acuerdo. De todas formas, el consejo de administración de PT se reúne hoy y deberá valorar, entre otras cosas, la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia del pasado 8 de julio que condenó a Portugal por mantener la acción de oro. Una sentencia, por cierto, que el Gobierno ha ignorado de momento, igual que sucedió cuando el fallo fue contra España en tiempos de RODRIGO RATO.

Para forzar la máquina, Telefónica ha amenazado con solicitar la disolución de Brasilcel, la sociedad que tiene a medias con PT y que posee el 60% de Vivo. Sería el paso previo al lanzamiento de una opa sobre el resto de las acciones, que le darían la mayoría necesaria para hacer y deshacer a su antojo. Los portugueses, en principio, no están por la labor porque corren el riesgo de quedarse sin capacidad de influencia en Vivo y sin dinero. Así que, a la postre, ese puede ser un camino empedrado de obstáculos, como demuestra el hecho de que Telefónica no lo haya emprendido antes.

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