Con negritas

Jove da un paso al frente e Iberdrola un paso atrás

Acuciado por la necesidad de financiar la cuantiosa compra de Fadesa, FERNANDO MARTÍN pidió árnica a su antiguo propietario un año después de la operación. MANUEL JOVE le recompró diversos activos por importe de 140 millones de euros y le permitió aplazar el pago de parte de lo que aún le debía. Pero a cambio le obligó a comprometerse por escrito a que en el futuro se abstendría de emprender ninguna acción judicial contra él relativa al negocio que se habían traído entre manos. Como estaba con el agua al cuello después de embarcarse en una empresa que excedía sus posibilidades y la crisis del ladrillo llamaba a la puerta, Fernando Martín no tuvo más remedio que ceder.

El porqué de tan abusiva exigencia parece evidente ahora, cuando Jove la ha esgrimido para frenar una demanda interpuesta por el presidente de Martinsa nada más salir del concurso de acreedores. En ella se alega que los directivos de Fadesa hincharon su valor con ocasión de la venta, por el sencillo procedimiento de suministrar información incorrecta o incompleta a la firma encargada de tasarla, CB Richard Ellis. La demanda cifra el desajuste en 1.576 millones de euros, con arreglo al informe de otra compañía especializada, American Appraisal. Mediante la correspondiente opa, Martinsa adquirió Fadesa en 2006 por un total de 4.045 millones, de los que más de la mitad fueron para Jove.

Este seguramente previó que algo así podía suceder y, aprovechando un momento de debilidad de Fernando Martín, logró arrancarle la renuncia a su derecho a llevar ante los tribunales cualquier posterior discrepancia. Que la justicia acepte como válido un pacto de semejante naturaleza está por ver; entre otras cosas porque deja en el más absoluto desamparo a todos los accionistas de Martinsa y no sólo a su presidente, que fue quien lo firmó. Pero cuando las cosas entran en el ámbito jurisdiccional no resulta fácil predecir cuál será su desenlace.

Quien sí parece que tenía claro por dónde iban a ir los tiros de la demanda que presentó el año pasado contra ACS por el supuesto hecho de no reflejar en sus cuentas la imagen fiel de la empresa es Iberdrola. Sus abogados la retiraron inesperadamente ayer, en vísperas de la vista oral, sin que nadie se dignara a dar una explicación oficial. ACS, que mantiene la suya contra la decisión de la junta de Iberdrola de negarle un puesto en el consejo pese a su condición de socio mayoritario, se apresuró a negar que el movimiento de IGNACIO SÁNCHEZ GALÁN sea fruto de ningún acuerdo.

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