Salud en positivo

Cerrar los puticlubs

Ilustración: Verónica Montón Alegre
Ilustración: Verónica Montón Alegre

No hay carretera en la que no se reconozcan. Luces de neón en medio de la nada. Hay miles repartidos, en carreteras, en locales y en pisos. En su ciudad y en la mía. Y en todas ellas están perfectamente localizados e identificados desde hace años. Los conocen autoridades, fuerzas de seguridad, organizaciones de apoyo, vecinos y por su puesto, puteros. Todos. Desde hace años. O siglos.

Y en medio de la vorágine pandémica se hacen visibles con toda su incomodidad. Todo empezó como un chascarrillo, como un chiste de mal gusto: ¿Sabes lo del brote del puticlub de Alcázar? Lo que había que saber era que, en uno de los miles de prostíbulos de este país, se daba la circunstancia de que gracias a 12 positivos en PCR entre las mujeres que allí estaban, el rastreo podía destapar a los consumidores de carne humana de una apacible localidad manchega, de un lugar donde todos se conocen e incluso algunos se aprecian.

Menudo revuelo que se montó. Los bienpensantes enseguida hablaron del drama de sus parejas, esposas y familia, ¿qué culpa tienen? «Hay que hacer algo. Hay que parar esto». Y los demás, o los mismos en otro horario, pendientes de saber quién si y quién no.

Y de repente, que si decreto para regular el ocio nocturno, que si orden para recortar horarios de clubes, y en menos que se persigna un cura loco, todos los clubes chapados. Y claro, la noticia te alegra. Cuando crees que lo de vender el cuerpo de mujeres pobres para ser abusadas es un drama, cualquier medida que lo impida, dificulte u obstaculice te parece buena. Pero ¿han cerrado los prostíbulos para evitar la trata de mujeres? Pues no parece. Si fuera así habrían ordenado el cierre de los pisos donde también se trafica y que también están perfectamente localizados. Sin neones, pero con la misma precisión.

Si hubieran cerrado los prostíbulos para evitar el abuso de las mujeres, habrían pensado en medidas de apoyo para las que están allí atrapadas. Salir de una red de trata no es nada fácil. Generan tantos beneficios a sus dueños que es poco probable que estos acepten de buen grado dejar de ganar el dineral que le sacan a cada una. Están atrapadas por deudas, chantajes, amenazas y violencia. Están atadas y bien atadas. Mujeres vulnerables, sin papeles, sin otras oportunidades. Para que la medida de cierre sea definitiva será necesario poner en marcha medidas efectivas que den apoyo a las mujeres comerciadas.

Cierre definitivo

Porque está costando mucho cerrar estos sitios. Mucho tiempo y una pandemia mundial. Y no me cabe duda de que las autoridades municipales desean que el cierre sea definitivo por razones de salud pública, es decir, por evitar que se comentan actos contra la salud de las mujeres y contra la dignidad de todos.

Espero que las organizaciones que cuidan de estas mujeres maltratadas puedan denunciar a los ayuntamientos que acepten el cambio de licencia para transformarse en hoteles con que estas franquicias de la esclavitud pretenden saltarse el cierre del negocio.

Porque al final, lo que no puede pasar, es que el cierre de los clubes de alterne, sorprendente, definitivo, estival, no fuera para sacar a las mujeres de las redes de trata, para romper el círculo de pobreza y abuso. Y que el cierre solo fuera para salvarlos a ellos del contagio, del estigma. Que se cerraran los clubes solo por salvar a los puteros.

Firma del Post:

  • Rafael Sotoca. Médico de familia y activista sanitario. Fue director general de asistencia sanitaria de la Comunidad Valenciana.

Forman el Foro Ágora Salud:

  • Carmen Montón es embajadora observadora permanente ante la Organización de los Estados Americanos y ha sido Ministra de Sanidad, consumo y bienestar social y Consellera de Sanidad.
  • Ricardo Campos. Médico Oftalmólogo. Ha sido Secretario General del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y subsecretario autonómico de sanidad.
  • Rafael Sotoca. Médico de familia y activista sanitario. Fue director general de asistencia sanitaria de la Comunidad Valenciana.
  • Begoña Frades García. Psiquiatra y jefa del área de salud mental del Hospital Pare Jofre. Ha sido coordinadora autonómica de salud mental.
  • José Antonio López Cócera es enfermero especialista en salud mental y miembro de la comisión nacional de la especialidad.
  • Isabel González. Médica radióloga. Fue jefa de servicio y profesora asociada de radiología en la Universidad Miguel Hernández de Elche así como Directora Gral. de la Alta Inspección y gerente de los departamentos de salud de San Juan de Alicante y La Ribera (Alzira)
  • Enrique Ortega. Médico especialista en enfermedades infecciosas y jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas, Emergentes e Importadas. Ha sido profesor asociado de de medicina de la Universidad de Valencia y Director Gerente del Departamento de Salud Hospital General de Valencia.
  • Antonia García Valls. Asesora coordinadora en la Vicepresidencia Cuarta, Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Ha sido diputada en el congreso de los diputados.
  • Pere Herrera de Pablo. Medico de familia y médico SAMU. Ha ejercido como director del Servicio Emergencias Sanitarias de la Comunitat Valenciana.
  • Roser Falip Barangué. Doctora en Medicina y especialista en medicina de familia y en análisis clínicos. Ha sido gerente del departamento de salud de Alcoy.
  • Juan Domene. Médico Inspector en el servicio de calidad asistencial y seguridad del paciente. Ha sido gerente del departamento de salud Arnau de VilanovaLliria.

Ilustra el blog:

  • Verónica Montón Alegre. Artista interdisciplinar.

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