Punto de Fisión

Casado suspende la E.G.B.

Después de que Pablo Casado revolucionara los estudios de Geografía colocando Getxo en Gipuzkoa y Harvard en Aravaca, sus asesores han decidido despejar las dudas que planean sobre su currículum presentándole a una reválida de la E.G.B. de la que no ha salido muy bien parado. Fue en el programa de Ana Rosa Quintana, donde han estrenado un nuevo programa en el que a los habituales tertulianos matutinos los sustituyen niños que se supone que a esa hora deberían estar en el colegio y no en un plató de televisión. Luego supe que el programa había sido grabado la tarde del lunes y que por tanto los niños estaban en el colegio a la hora en que se emite. Sin embargo, después de ver los resultados del programa, quedaba claro que quien debería estar en el colegio a esa hora era Pablo Casado.

La verdad es que siempre es una putada estacionar a un político frente a un montón de críos, porque los críos carecen de las habilidades sociales necesarias para sortear la realidad, lo cual quiere decir, más o menos, que dicen exactamente lo que piensan y que piensan exactamente lo que les da la gana. Recuerdo cuando mi amigo Luis Felipe Conmedador me contó cómo en uno de los encuentros que organizaba en Béjar se tropezó de frente por la calle con Fernando Arrabal y entonces su hijo pequeño le tiró de la manga y le dijo señalando al ilustre dramaturgo: "Papá, papá, qué señor más feo". Comendador no sabía dónde meterse y a Arrabal aquella muestra de sinceridad pánica no le hizo ninguna gracia.

Cuando Ana Rosa Quintana le entrevistó hace cosa de un mes todo marchó sobre ruedas porque Casado rodaba a piñón fijo y sólo tenía enfrente a Ana Rosa Quintana. Puso su mejor sonrisa prefabricada y empezó a tirar balones fuera, así le preguntaran sobre el aborto, sobre el Valle de los Caídos o sobre Vox y Ciudadanos, que le están haciendo la competencia. Pero esta vez los niños empezaron a ponerle en aprietos nada más sentarse, y aunque a Casado la sonrisa prefabricada no le falló, todo lo demás sí. Les explicó, por ejemplo, que tiene que haber cazadores no sólo para que le voten a él (o a Abascal, depende) sino para quitar trabajo a los veterinarios. Así, cuando no hay depredadores naturales que maten animalitos, los cazadores les hacen un favor. De otro modo, los animalitos enfermarían y morirían solos, en lugar de morir de un escopetazo.

A Ana Rosa se le ocurrió sacar a paseo a Franco y uno de los críos tuvo que explicarle a Casado que Franco era un dictador que robaba y mataba. "¿Robó? No sé yo" dijo Casado, demostrando que su ignorancia no conoce fronteras. Nunca el tópico de la vergüenza ajena estuvo más bien aplicado, ya que vergüenza propia no tiene. Le preguntaron cuál era su dinosaurio favorito y respondió "El triceratops", sin advertir que estaba profetizando en clave mesozoica el pacto trifachito con Vox y Ciudadanos. Le preguntaron por su película favorita cuando era pequeño y dijo rápidamente "E.T.", sin caer en la cuenta de que E.T. era un refugiado. Fue una pena que no le preguntaran también por los toros, porque entonces podía haber invitado a los niños a una corrida, igual que aquel señor que se llevó a su hija a la Maestranza y, mientras la cría gritaba horrorizada, el padre le decía: "Mira, cariño, mira cómo el torito le mete el cuerno al caballito por la tripita"

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