Dominio público

Se buscan aliados sin postureo

Ana Bernal Triviño

Periodista

Se buscan aliados sin postureo
El futbolista Álvaro Morata durante la lectura del comunicado conjunto de los jugadores de la Selección

Lo último ha sido lo de la selección masculina de fútbol. Quince días han tardado en emitir un comunicado en contra de Rubiales y de apoyo a las jugadoras. Más bien, leído. Porque la falta de empatía y de compromiso en la lectura fue manifiesta. Llegan tarde y es insuficiente. Como lo fue el comunicado de De la Fuente. Como lo fue el comunicado de Vilda, ya fuera. Los mismos que critican a Hermoso por reaccionar tarde son ahora hiper compresivos con que ellos se han dado cuenta tanto tiempo después. Casualmente, después de que la FIFA hablara. No fuera a ser que por salir en defensa de ellas, en su momento, se buscaran un conflicto con el gran jefe; o que algunos aficionados los considerasen menos hombres.

Todos esos comunicados han refrendado algo que vi nada más comenzar este caso, en los altos cargos y en las conversaciones en la calle, sobre todo, entre los hombres. Uno, decir que Rubiales es un gañán, un exagerado, un indecente, un patán, pero... nada más. Y dos, opinar que condenan los gestos obscenos de Rubiales en el palco pero sin nombrar, en absoluto, a Hermoso. ¿Y a qué lleva esto? A silenciar lo que ocurrió. Con ello se da a entender que no quieren mojarse más allá, que tienen dudas sobre si aquello fue abuso de autoridad, sobre si aquello fue agresión. Lo otro sí está muy claro, parecen decir. Pero lo de Hermoso... mejor ni la citemos. Así la invisibilizan, la aíslan, como ha pasado con tantas mujeres a lo largo de la historia. Y así se borra ese hecho del historial de Rubiales. Eso sí, mencionaron a las jugadoras. Unas jugadoras a las que no pueden mirar por encima del hombro, porque son Campeonas del Mundo.

En el caso de la Selección, además, fue muy expreso en el comunicado: "Nos gustaría que, a partir de ahora, nos pudiéramos centrar en cuestiones deportivas ante la relevancia de los retos que tenemos por delante". Un "dejadnos en paz", básicamente. Porque lo que importa es lo de ellos. Ellas, con todos los desafíos deportivos por delante, que aguanten su propia vela. Y ella, Hermoso, ya verá cómo se las apaña. El pasotismo de esa frase es sublime. Con lo bien que hubiese estado decir: "Apoyamos y nos solidarizamos con nuestras compañeras que, además de sus retos profesionales, tienen que soportar una presión extra que puede afectarles en su carrera y; en especial, a Hermoso". Pero no, su frase demostró la realidad de siempre: que son ellas, las víctimas, las que tienen que afrontar sus retos laborales junto a una situación sobrevenida que ellas no provocaron. Son ellas a las que les hubiese gustado centrarse en sus logros, metas y conquistas, y no perder parte de su tiempo en algo que no buscaron.

De todas formas, la Selección masculina no hizo más que lo que ya hizo el TAD con su decisión sobre Rubiales. Porque el TAD, para desviar el foco, aludía al retraso de la reglamentación de la ley del Deporte para limpiarse las manos. Pero tras leer el voto particular de la resolución quedó clarísimo que lo pudieron sancionar como falta "MUY GRAVE" y no quisieron. Y que lo importante del asunto es que ven falta de decoro en el deporte, pero nada de abuso de autoridad a Hermoso. Es decir, lo mismo: muy mal lo del palco, y la dignidad de ella, se obvia y se oculta. De ahí tantas otras declaraciones ambiguas. Quizás porque también tienen que taparse de sí mismos.

Estos días han sido muy entretenidos porque los hombres que de verdad quieren sumar en el feminismo, los que de verdad han hecho cambios o quieren hacerlos desde el compromiso, sabemos distinguirlos de los aliados del falso postureo. Los que aportan de verdad los hemos detectado públicamente, y con los dedos de una mano. Y todo a pesar de que, ni de lejos, podrán ponerse en la piel de lo vivido por muchas mujeres. Pero han mostrado al menos tener una empatía rápida y sensata. O, sobre todo, un reconocimiento expreso de necesidad de cambio que respetaba las necesidades de una compañeras jugadoras que habían sido ignoradas.

Lo que ocurre es que esto no va solo de miembros de la Federación o de determinados futbolistas, sino también de periodistas o incluso tantos, en principio, anónimos pero ya conocidos. Y es que incluso algunos hacen declaraciones de postureo feminista pensando que muchas no sabemos de sus antecedentes. Piensan que no lo hablamos de nosotras, pero lo sabemos todo. Engañarnos a muchas es inútil a estas alturas de partido, por mucho que pretendan. El oportunismo y el postureo de los supuestos aliados se detecta a legua. 

Estos días hemos visto que muchos callaban porque "perro no come perro". Otros, se manifestaban contra Rubiales solo por ajustes de cuentas previos. Otros, por querer distanciarse de esa imagen de un Rubiales que no quieren ser, aunque ese rostro les aparecería si se mirasen ellos mismos al espejo. Buscamos aliados verdaderos, de los que suman y no protagonizan. De los que se mojan cuando toca y no cuando les conviene. De los que saben pedir perdón no desde el oportunismo. Porque así es muy fácil ponerse las etiquetas. Pero todo se descubre en esta vida. Que una cosa son las frases y otras los hechos. Y esos son los que cuentan.

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