Ecologismo de emergencia

En defensa del lobo en Europa

Luis Miguel Domínguez

Asociación Lobo Marley

Un lobo salvaje descansando. -ANDREA BOHL / Pixabay
Un lobo salvaje descansando. -ANDREA BOHL / Pixabay

En fechas recientes, la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen realizó unas declaraciones sorprendentes, afirmando que el lobo representa un peligro potencial para las personas e invitando a los países miembros a hacer un uso generoso de las excepciones legales que permiten sacrificar ejemplares, y a aportar a Bruselas datos que pudieran llevar a rebajar el nivel de protección del lobo en Europa. Desde la asociación Lobo Marley vemos con estupor estas declaraciones, que carecen de fundamento técnico o científico, contradicen los principios y la normativa vigente de la Comisión Europea, y representan una estratagema política por parte del partido al que pertenece Von der Leyen.

La Alianza Europea para la Conservación del Lobo (EAWC, European Alliance for Wolf Conservation), de la cual Lobo Marley es fundador, y que incorpora distintas ONG de 15 países europeos, hemos reaccionado inmediatamente haciendo un llamamiento a la cordura mediante cartas suscritas por todos sus miembros, tanto a la Presidencia de la Comisión como al Comisario de Medio Ambiente. También hemos remitido cartas específicas desde cada país, así como información relevante sobre la situación del lobo. Desde hace años nuestra Alianza mantiene un contacto permanente con la Comisión y especialmente con el actual comisario de Medio Ambiente Virginius Sinkevicius, cuyo compromiso con el cumplimiento de la normativa europea, y por tanto con la protección del lobo, es claro. Gracias a esta comunicación sabemos que es ilusorio pretender que se cambien aspectos fundamentales de la Directiva de Hábitats mediante la recepción de datos aportados en pocas semanas a una dirección de email, ya que la protección de los grandes carnívoros en Europa es el resultado de estudios a largo plazo y de debates en profundidad mantenidos a lo largo de años.

Con respecto a la advertencia alarmista de Von der Leyen, sabemos que los ataques de lobos salvajes y sanos a personas en Europa son estadísticamente inexistentes, pero sabemos igualmente que la actividad cinegética, que algunos cazadores quieren proponer como remedio preventivo para ese hipotético peligro, sí que representa una amenaza real para la ciudadanía, resultando en un número intolerable de víctimas humanas por arma de fuego cada año en todos nuestros países, y muy especialmente en España. Pretender remediar un peligro imaginario con un peligro real e infinitamente mayor, representa el colmo del absurdo. Por otro lado, hacer un uso liberal, como plantea Von der Leyen, de las excepciones legales que permiten matar lobos para proteger los intereses ganaderos es algo que por desgracia ya ocurre en varios Estados de la UE y que tiene una consecuencia directa: aumentar el número de ataques de lobos al ganado doméstico (salvo que se extermine al lobo por completo, en cuyo caso serán los perros asilvestrados los que ataquen al ganado, como ocurre por ejemplo en el Reino Unido, donde ya no hay lobos).

Como demuestran diversos estudios científicos, matar lobos de manera arbitraria conlleva desestructurar las manadas, haciéndolas menos eficaces en la caza de presas silvestres, y aumentando la probabilidad de que ataquen a las presas más indefensas, es decir al ganado doméstico. Matar lobos para defender al ganado es además innecesario, ya que existen medidas preventivas eficaces y sencillas de implementar por parte de los ganaderos, y además totalmente financiadas por la Unión Europea.


Por todas estas razones, desde Lobo Marley y la Alianza Europea seguiremos trabajando sin descanso para mantener y aumentar la protección del lobo en Europa. Esta es la única estrategia coherente para luchar contra la crisis de la biodiversidad y el cambio climático, objetivos que requieren una restauración de la naturaleza salvaje como contempla la recientemente aprobada "Ley de la Restauración de la Naturaleza". Recordemos que el partido de Von der Leyen mantuvo una larga estrategia de sabotaje contra dicha ley, como hace contra cualquier normativa que defienda el patrimonio natural de todos frente al expolio de los grandes intereses económicos. En última instancia, la reciente campaña contra el lobo es otra faceta de la batalla que ciertos partidos libran contra la naturaleza y contra la supervivencia y la calidad de vida de la propia especie humana. Seguirles la corriente por preferencias políticas es cometer un suicidio colectivo sin conocer siquiera los motivos.

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