Álvaro Gaertner Aranda
Miembro del Circulo 3E, estudiante de Ingeniería Física en la Carl von Ossietzky Universität, en Oldemburgo, Alemania.
En los últimos tiempos Podemos está señalando a la Trama formada por las élites económicas y parte de las élites políticas y judiciales como responsable de la utilización de las instituciones de nuestro país para redistribuir el poder y la riqueza de nuestro país de los de abajo hacia los de arriba a través de la extracción de la riqueza generada por nuestra gente a través de la precariedad, la corrupción o los contratos perjudiciales para el erario público. Para ello, la Trama está haciendo cada vez más extractivas las instituciones de nuestro país, erosionando características fundamentales de las instituciones económicas y políticas inclusivas, que tal y como decían Robinson y Acemoglu, son la condición necesaria para el desarrollo económico de un país, tales como la igualdad ante la ley, la seguridad de la propiedad privada o el cumplimiento de la ley (Acemoglu, Robinson 2012, pp. 74–75). Ejemplos de esto serían la purge de fiscales para garantizar la impunidad de los corruptos y otras acciones del Ministerio de Justicia y los jueces de la Trama que hemos presenciado en los últimos meses, la toma de medidas con efectos retroactivos para perjudicar a los inversores en renovables y expropiarle de facto a los pequeños inversores sus inversiones para dárselas a la banca o a las eléctricas o la erosión de las herramientas que tiene el Estado para forzar el cumplimiento de los derechos laborales, tales como el pago de las horas extra, o el pago de los impuestos por parte de los miembros de la Trama, erosión que se ha llevado a cabo a través de los recortes en las instituciones encargadas de forzar su cumplimiento como la Inspección de Trabajo o la Agencia Tributaria.
Esta transformación de las instituciones españolas en instituciones cada vez más extractivas tiene como primera consecuencia la desposesión y la expulsión del sistema de cada vez más gente de los de abajo, pero esta no es la única consecuencia. Por ejemplo, la resistencia de la Trama a adoptar tecnologías como las renovables para no afectar a los intereses oligopólicos de las eléctricas puede retrasar la adaptación tecnológica de nuestro país a las tecnologías más eficientes, empeorar la posición de España en el tablero mundial y tener consecuencias análogas a las de la resistencia de los otomanos a adoptar la imprenta, que tuvo la consecuencia de que, mientras que la tasa de alfabetización en Inglaterra en el 1800 era del 60% entre los hombres y del 40% entre las mujeres en el Imperio Otomano esta cifra solo llegaba a un 2 o un 3% (Acemoglu, Robinson 2012, p. 215). En tercer lugar, aunque es cierto que las instituciones extractivas pueden aspirar a generar un cierto crecimiento económico que incluso se note entre los de abajo, tal y como demostraron Robinson y Acemoglu, este crecimiento será finito y basado en tecnologías ya existentes, y tal y como vimos en España durante la burbuja inmobiliaria este crecimiento llevará acompañado un gran deterioro del medio ambiente y en definitiva, se basará en la extracción de los recursos de las generaciones futuras. Por último, la concentración de la riqueza y el poder en una pequeña élite genera una tendencia general hacia las luchas internas, ya que otros grupos querrán sustituir a las élites y quedarse con todo su poder, una tendencia eu puede acabar en guerras civiles e incluso en colapsos civilizatorios, tal y como les ocurrió a los Mayas o a los romanos (Acemoglu, Robinson 2012, p. 95). Por estas razones, las acciones de la Trama para poner a nuestro país a su servicio y extraer hasta la última gota de riqueza que España, su territorio y sus gentes puedan producir no solo es malo para los de abajo sino para los intereses nacionales, y por lo tanto cualquier proyecto que aspire a derrotar a la Trama y a coger el poder y la riqueza que ellos atesoran para dárselos a los de abajo para construir una democracia económica y política en la que el poder esté distribuido y en la que las instituciones sean inclusivas es un proyecto patriótico que defiende los intereses nacionales y que, como diría uno de los máximos exponentes de los intentos de las élites para convertir instituciones inclusivas en instituciones extractivas, aspira a hacer a España grande de nuevo.
Bibliografía:
Acemoglu, Daron; Robinson, James A. (2012): Why nations fail. The origins of power, prosperity and poverty. 1st ed. New York: Crown Publishers.
Comentarios
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