Tierra de nadie

Me Forro con Asturias

Menos conocida que la de Ciudadanos pero mucho más divertida está siendo la crisis de Foro Asturias, ese partido que se montó Francisco Álvarez Cascos cuando salió tarifando con Rajoy y cuyas siglas FAC, además de coincidir con una marca de cerrojos, eran curiosamente sus iniciales. Con su chiringuito, Cascos alcanzó la presidencia del Principado, la perdió en unos meses por pura soberbia al adelantar las elecciones y, ya desde la oposición, tras un amago de retirada total, decidió que lo mejor era colocar al frente a una mandada y mantenerse en la sombra en tareas de supervisión, es decir, mangoneando a su antojo pero dicho en plan fino.

La trayectoria de Foro no merece excesiva glosa. Baste decir que tras la disputa inicial con el PP pasó a convertirse en su socio local y que, desde las bambalinas, Cascos se dedicaba a lo suyo, ya fuera promocionar las esculturas para rotondas de su tercera esposa, la galerista María Porto, o a pescar campanus en los ríos asturianos. El 'exgeneral secretario' del PP siempre ha hecho todo por amor al arte, y de ahí que en su etapa como ministro de Fomento el ente gestor de los aeropuertos AENA no dejara de comprarle obras a su señora, hasta el punto de suponer el 45% de la partida que dedicaba a estos menesteres.

El caso es que la nueva presidenta de Foro y exalcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, -su antecesora Cristina Coto fichó por Vox- le ha salido contestona y Cascos, que hasta junio mantenía el cargo de vicepresidente, ha intentado quitársela de en medio acusándola de entreguismo al PSOE. La susodicha ha contraatacado haciéndose con la mayoría de la comisión directiva y revelando que durante estos años Foro Asturias se había convertido para el exvice de Aznar en un plan dorado de jubilación, una especie de Me Forro con Asturias con sueldo de capitán general y chófer, que un señor tan principal no iba a ponerse al volante sin estar terminada la variante de Pajares.

Según las cifras difundidas y no desmentidas por el 'señoritu', Cascos le ha venido costando al partido entre 14.000 y 15.000 euros al mes, entre sus 5.000 euros de sueldo, el de su chófer, la Seguridad Social de ambos, los hoteles, el coche, la gasolina del coche y otros gastos diversos. Entre estos últimos, se encuentran, al parecer, el coste de su licencia de pesca, los hoteles en los que se alojaba cuando iba a por salmones y los yogures con bífidus activo que facilitaban su tracto intestinal. Según explicaron a La Nueva España fuentes de la actual dirección de Foro, ya sin coche ni chófer, Cascos siguió recibiendo unos cuantos miles de euros en concepto de combustible, telepeajes y alojamiento.

¿Cuál ha sido la reacción de este animal político, dicho sea con el debido respeto y no como hacía el PSOE cuando le llamaba dóberman? Pues afirmar que es víctima de una operación innoble, de una campaña goebbeliana de propaganda basada "en supuestos datos escandalosos referidos a cuestiones de régimen interno" que buscan confundir y distraer la atención de la ciudadanía y la militancia sobre cuestiones fundamentales. Y que fue él quien voluntariamente renunció en junio a sus bien merecidas retribuciones en Foro para adquirir al mes siguiente la condición de jubilado, es de suponer que con la pensión máxima. En definitiva, que nadie le cortó el grifo sino que él mismo apartó de sí el cáliz de ese maná de billetes que le caía tontamente del cielo, allá por el Angliru.

La pelea entre los partidarios del pescador de salmones y los de la actual presidenta va camino de terminar como el rosario de la aurora, justo cuando, gracias a la alianza con el PP, Foro volverá a sentar a un diputado en el Congreso. De no mediar una victoria de los casquistas es previsible que estos toquen la puerta del PP y se acomoden dentro porque al fondo hay sitio. Será la demostración de que España Suma, al menos con uno de sus hijos pródigos: Paco, el pensionista.

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