Jaulas Vacías

Dejemos a los toros en paz

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La prohibición de las corridas de toros en Cataluña en 2010, derivada de una Iniciativa Legislativa Popular, constató el sentir de la mayoría de la sociedad, que ya no admite el maltrato animal institucionalizado.

Ahora, una Sentencia del Tribunal Constitucional anula la ley catalana, al considerar que la norma invade la competencia del Estado en materia de Cultura.

La sucesión de hechos, desde la prohibición de las corridas de toros en Cataluña hasta la sentencia que la anula, deja en evidencia las consecuencias de la falta de separación entre los poderes legislativo y ejecutivo en España. La trayectoria del proceso es, cuanto menos, maquiavélica: El Partido Popular presentó un Recurso de Inconstitucionalidad contra la prohibición. Posteriormente aprobó en el parlamento una Ley que declaraba las corridas de toros Patrimonio Cultural. Una Ley hecha a medida, que salió adelante sólo con los votos a favor del Partido Popular y de UPN, y que ahora es base jurídica de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre aquel recurso presentado por los populares.

No obstante, en la sentencia se reconoce la competencia de las autonomías para regular los espectáculos públicos y proteger a los animales, lo que abre otras posibles vías. En este sentido, debemos recordar lo conseguido tras años de lucha en Tordesillas e instar a las comunidades a que prohíban el maltrato animal en los espectáculos públicos. Sin excluir esta vez ningún tipo de festejo.

Los tribunales han de considerar el sentir de la sociedad que avanza hacia el respeto a los animales. Si bien es cierto que en Cataluña se abrió una brecha de distanciamiento social hacia la tauromaquia, esa tendencia se ha seguido en todo el estado, donde actualmente la sociedad considera las corridas de toros una terrible forma de maltrato animal.

Los toros no sólo no volverán a Cataluña, sino que desaparecerán de todo el Estado.

Prueba de ello son las propias estadísticas taurinas del Ministerio de Cultura: Las corridas de toros han descendido un 59% en el periodo comprendido entre 2007 y 2015. Es decir, de cada 10 corridas que se hacía en el año 2007, sólo se hicieron 3 en el año 2015.

Las corridas de toros ya no cuentan con apoyo social

Según la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales 2014-2015, que elabora el Ministerio de Cultura, se confirma que tan sólo un 7% de la población española acudió a una corrida de toros en el último año, y que tan sólo 9,5 % de los españoles acudió a algún espectáculo taurino a lo largo del año.

Desde PACMA vamos a dar una respuesta contundente, llevando adelante una campaña de presión social y política para poner fin a la tauromaquia, no solo en Cataluña sino en todo el Estado.

Ya hemos ganado la batalla de la concienciación. La mayoría de los ciudadanos españoles consideran las corridas de toros una terrible forma de maltrato animal, pero mientras se siga celebrando en una sola plaza una corrida en la que se asesinen varios toros en una tarde, trabajaremos con el ímpetu y valentía política para ponerle fin por la vía legal.

La tauromaquia forma parte de nuestro pasado, pero no de nuestro futuro. Es hora de seguir dando pasos adelante en la conformación de una sociedad más justa para todos, en la que avancemos en la consecución de derechos para todos los animales.

Pasemos página, dejemos los toros de una vez en paz.

 

 

 

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