Entre leones

Por un Gobierno de izquierdas

Los socialistas llevan ganando en Andalucía desde que Adán y Eva fueron expelidos del paraíso, y así volverá a ser el próximo domingo: no lograrán mayoría absoluta, pero seguirán siendo los más votados, claramente por delante del PP, Unidos Podemos y Ciudadanos.

Como en otras ocasiones, para justificar la enésima derrota en Andalucía, escucharemos a los portavoces y escribanos de las derechas recurrir al clientelismo, la indolencia y otros insultos y topicazos, de los que no están a salvo ni siquiera los niños; ¿verdad, Tejerina?

El líder del PP, Pablo Casado, convencido de que ahora está de moda la extrema derecha, no se le ocurre otra que arremeter contra los inmigrantes, porque él, claro, lo que quiere es una inmigración "ordenada y legal", como sus guarrerías académicas.

Dice que deben respetar "las costumbres occidentales o se han equivocado de país". Y añade: "Aquí no hay ablación de clítoris, aquí no se matan los carneros en casa y aquí no hay problema de seguridad ciudadana".

Pero se supera cuando advierte que si quieren "disfrutar de las ayudas sociales" deben respetar las costumbres españolas, la Constitución y la Ley.  Y hasta los muertos del Estrecho se han levantado de sus tumbas al escucharle decir que "defender las fronteras es defender los derechos humanos".

Pues este derroche de xenofobia, con su puntita de fascismo, lo lanzó Casado en Granada, en Andalucía, una tierra repleta de gente que tuvo que emigrar a países remotos para sobrevivir.

A Rivera, que se cree que ha inventado la penicilina, no se le ocurre otra cosa que aterrizar en Málaga y marcarse el pegote de que llega a Andalucía para enseñar a los andaluces a pescar. Pidió perdón tras tan soberana metedura de pata, pero dejó claro qué es lo que piensa realmente de los andaluces. Al final, a la hora de ofender, Rivera, Riverita es como los independentistas xenófobos y racistas, que les tocas las palmas y empiezan a insultar a los andaluces por vagos, maleantes y andaluces, claro.

Y los de Vox, que en algunas encuestas mangan hasta 4 escaños, se marcan un video islamizando Andalucía. ¡Ojalá tuviéramos hoy el nivel de civilización que conoció Al Andalus!

¿Así cómo van a ganar las derechas unas elecciones en Andalucía?

A Susana Díaz sólo le basta con dejarlos hablar para reeditar otro triunfo del PSOE.

Así las cosas, una vez que se conozcan los resultados electorales, sólo resta saber con quién pactarán los socialistas.

Yo personalmente, que me muevo entre los votantes del PSOE y de Unidos Podemos y que me gusta primero Manuel Jiménez Barrios y después Antonio Maíllo, apostaría por un Gobierno andaluz de izquierdas fuerte, que diera un salto de calidad en Andalucía, que fuera capaz de enterrar de una puñetera vez esos topicazos e insultos que salpican nuestro futuro, que contara con gente progresista sin afiliar –incluidos andalucistas como Javier Aroca- y de valía, que convirtiera los servicios públicos esenciales, sobre todo la sanidad y la educación, en punteros, en modélicos, que se dejara llevar por las generaciones más jóvenes, que combatiera el paro hasta enterrarlo en el mar.

Andalucía necesita ese cambio como el comer y solo puede llegar desde la izquierda, porque las derechas la miran aún desde lo alto de un caballo.

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