La preguntadora

Inversiones Santas

Esta semana, santa por cierto, el Obispo de Segovia ha animado al clero de su diócesis a ceder un 10% de la nómina para contribuir a aliviar la situación económica de los más desfavorecidos. Los curas y los obispos españoles ganan entre 800 y 1000 euros al mes. Así que podrían ingresar de 80 a 100 eurazos en las arcas del banco de Caridad abierto en Cáritas.   

Y propongo yo, que no impongo -como dice Uriarte que debería hacer

la Iglesia-: ¡que

la Conferencia Episcopal haga lo mismo!  Con 24 millones de euros al año, su 10%, ese banco caritativo nunca estaría en números rojos y tampoco es tanto, teniendo en cuenta que, mientras su promesa del 79 de autofinanciarse sigue congelada, con el nuevo coeficiente pactado con el Psoe, han recaudado el 38,8% más. Y si no les salen las cuentas que recorten sus gastos en publicidad, como hacen todas las empresas. 3 millones de euros les costó la anterior aunque, gracias a ella, medio millón más de ciudadanos marcó su casilla en la declaración de la renta, haciéndoles ganar casi 70. Buena inversión aquella. Me alegro de que gasten bien para sacar más con lo que poder ayudar.  Pero yo no diría tanto de la última campaña, engañosa –para más INRI-. Como mujer creo que ese dinero no tiene un uso caritativo. No ayudan a ninguna llamándola asesina de bebés rollizos, ni atormentándola con lazos blancos desde cofradías, algunas todavía tan machistas como para no permitir nazarenas ni, mucho menos, costaleras. No hay casi mujeres bajo palio, como tampoco las hay mandando en el Vaticano. Quizá por eso y por su extraño sentido de la caridad,
la Conferencia, nos da otras cruces con las que cargar.

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