En la maleta de Zapatero

Si en Italia hay xenofobia, en la UE también

Hoy asistimos a una buena, completa y bien construida conferencia del presidente del Gobierno sobre los objetivos de la Presidencia española de la UE, que corresponde a nuestro país en el primer semestre de 2010. Un repaso exhaustivo de una agenda que está hecha, según confesó Zapatero. 

Pero el presidente no soltó prenda de las fechas, sólo de los contenidos: EEUU, América Latina, Centroamérica, Rusia, Marruecos, África, China e India,... Todos los países, regiones, continentes tendrán su hueco en la agenda hispano-europea para situarse en la UE con su papel correspondiente: el de dar y recibir en sus justos términos para, según resumió el inquilino de La Moncloa, hacer de ésta la mejor globalización con pronta salida de la asfixia económica-financiera.

Pero en la UE, como en toda asociación que se precie, hay garbanzos negros. Y Zapatero, en su intervención, alertó contra esta infección, aunque no quiso dar el nombre de los enfermos, en este caso, de los países enfermos, de sus Gobiernos enfermos de la dolencia de sus sociedades: xenofobia, nacionalismo antieuropeo o proteccionismo. Estos tres virus citó Zapatero y sobre sus portadores se le preguntó:

- "Nombres y apellidos, por favor, presidente"

- "Es de mala educación señalar con el dedo. Está en los periódicos". [Qué socorrida es la prensa, por cierto, cuando interesa...]

Desconozco si el presidente conoce una frase del británico Chesterton que asegura que "El periodismo consiste, esencialmente, en decir 'Lord Jones ha muerto' a gente que no sabía que lord Jones estaba vivo".

En este caso, los informadores -y éramos varios, como pude confirmar después- no deseábamos saber que en Italia o Reino Unido, por citar los últimos casos, hay brotes xenófobos, porque, efectivamente, lo leemos en los periódicos. Tampoco que a Vaclav Klaus, presidente de la República Checa -país que ejerce la actual Presidencia de turno de la UE- le repele pertenecer a ella; también lo grita a los cuatro vientos. O que las medidas para apoyar el sector automovilístico tomadas por el Gobierno francés pecan, quizás, de cierto proteccionismo, que ha sido materia de portada de prensa.

A los periodistas; a los ciudadanos que nos leen, escuchan o ven, les gustaría oír de boca de su presidente que lo que pasa en Italia se llama xenofobia, lo de Klaus es nacionalismo antieuropeo y lo de Francia es proteccionismo, porque leer la página de sucesos con perspectiva de política europea -como bien le recordó Miguel Ángel Aguilar, director general de la Asociación de Periodistas Europeos- no es lo mismo que hacerlo sin ella.

Y tomar conciencia de un problema con perspetiva de país pertenciente a la UE que condena "con nombres y apellidos" esos comportamientos en otros países que también lo son es empezar, como dijo usted parafraseando a Salvador de Madariaga, a que Europa sea "una realidad" porque lo es "en la conciencia de la gente".

Y en cuanto a no "señalar a la gente con el dedo", su buena educación le honra, presidente. Pero a media Europa no le cayeron los anillos cuando levantó sus índice para criticar las que llamó "regularizaciones masivas" de inmigrantes sin papeles del Gobierno socialista en la etapa de Jesús Caldera en el Ministerio de Trabajo. Incluido su chéri ami, el incombustible Nicolas Sarkozy.

EL TOLE-TOLE: Aunque Diego Carcedo y Miguel Ángel Aguilar, presidente y director general de la APE, se esforzaron por que el coloquio posterior a la intervención de Zapatero fuera sobre Europa, el tema que nos llevó allí, la cacería de la que disfrutaron [si es que, en mi opinión, alguien puede disfrutar de una masacrada semejante] Bermejo y Garzón en Jaén y la 'cacería' posterior que el PP ha emprendido contra ambos se coló irremediablemente en las preguntas gracias a Sonia Sánchez, de Telecinco. Y digo gracias porque la audiencia manda y una respuesta del presidente sobre este tema era reclamada hoy desde los despachos de todos los medios. Es triste, pero la política exterior todavía vende poco.

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