La infancia y la vejez son dos etapas del ser humano que, además de compartir las mismas dificultades para caminar y para hablar, participan también de parecido estado de inocencia. En ambos casos solemos disculpar sus desvaríos y los tomamos como ocurrencias graciosas y disparatadas, producto intranscendente de su candidez. ¡Qué cosas tiene mi niño y qué cosas tiene el abuelo! ¿Lo veis? Funciona.

Fraga Iribarne, muestra viva del pleistoceno político, del que conserva un escaño para dormitar, hace varias legislaturas que vive esa segunda infancia, con su graciosa lengua de trapo que utiliza para lanzar sentencias muy celebradas. La última, es para meditarla un largo rato. Cuando le preguntaron qué lugar deberían ocupar los partidos nacionalistas en el Parlamento, contestó: "habría que ponderar colgándolos de algún sitio".

Es el resumen de toda una vida puesta al servicio del ultra nacionalismo español para quien su enemigo número uno es el ultra nacionalismo periférico. Como padre constitucional tuvo que admitir a regañadientes que la España inventada tan sólo cinco siglos antes ya no era Una, que lo de Grande no pasaba de ser un delirio del dictador, y lo de Libre había sido un sarcasmo hiriente de cuarenta largos años de duración.

La España de las autonomías, que tanto desprecia, fue su refugio durante 15 años en la presidencia de la Xunta de Galicia, a cuyo sillón se agarró con la fuerza de un molusco de las Rías Baixas. Y allí, producto de la magia del nacionalismo, le oímos hablar por primera vez en gallego, su lengua paterna.

Una vez que los gallegos le echaron, vuelven a aflorar en él los viejos odios. Y sueña con arreglar España colgando a los nacionalistas, no sé si de un árbol o de los cojones.

Ponderar es un verbo polisémico, lo que añade mayor misterio a la salida de pata de banco del presidente durmiente del PP. Significa, según el DRAE: 1 Examinar con cuidado algún asunto. 2 Exagerar, encarecer. 3. Contrapesar, equilibrar. Y una nueva acepción propuesta para la vigésima tercera edición: 4. Elogiar, alabar.

Por lo tanto nos quedarían las siguientes posibilidades: 1. "Habría que examinarlos colgándolos de algún sitio". 2. "Habría que exagerar colgándolos de algún sitio". 3. "Habría que contrapesar colgándolos de algún sitio". Y 4. "Habría que hacer un elogio colgándolos de algún sitio".

Hay que reconocer que don Manuel sabe hacer bien las cosas. Porque muerte al Borbón es muerte al Borbón, y no caben disimulos. Pero ponderar sirve tanto para un homenaje a los nacionalistas como para cagarse en sus muertos.