Fuego amigo

I need Spain, a different Spain

Los franceses se encuentran en pleno debate de definición de su identidad nacional (que conste que ya lo habían iniciado antes de perder el partido de fútbol del otro día frente a España), y ahora parece que nos toca a nosotros con la entrada de Camps y de Aguirre primero, y ahora con el murciano Ramón Luis Valcárcel, todos ellos del PP, en el debate de la tauromaquia, al establecer un paralelismo entre fiesta nacional y españolidad.

No sé a qué conclusión llegarán los franceses, pero me encuentro en una situación parecida al viejo chiste: estoy tan desesperado que si mi mujer se va con otro, yo me voy con ellos. Así que voy a esperar a ver qué es eso de ser francés, por si me apunto, pues mi frustración de español de segunda división, por no tener plaza de toros en Ourense, se me va a convertir en un sinvivir de ahora en adelante, como beata sin parroquia, como borracho sin farola, como perro sin pared.

Bastantes problemas de identidad patriótica arrastraba desde mi niñez por preferir la muiñeira al flamenco, para que ahora me vengan con que si aborrezco su absurda fiesta nacional soy un mal español que desprecia los bienes de interés cultural que tan amablemente ponen a mi desagradecida disposición.

Ahora que tanto aprieta la crisis, el turismo, nuestra actividad económica más importante, ha echado mano de una campaña de promoción exterior, bajo el lema de I need Spain (necesito España) en la que vendemos los valores emergentes de la nueva cocina o del deporte triunfante, olvidado ya aquel reclamo turístico de Spain is different.

A ver si aprenden en el PP: ahora somos los españoles, y no los turistas, los que necesitamos (I need!) una España diferente. Que se dejen de marear la perdiz. Y el toro. Y la caspa nacional.

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