Fuego amigo

¿Qué hacer con los niños probeta?

Tardaron tanto en ponerse de acuerdo en si concederle o no el Nobel a Jorge Luis Borges que cuando al fin los señores académicos tenían a punto el veredicto, se les murió. Lentos que son los de la Academia Sueca. La historia de este premio está llena de disparates, como la concesión del Nobel de la Paz a Kissinger, el Secretario de Estado norteamericano que lleva sobre su conciencia la promoción de varios golpes de Estado y los asesinatos y desapariciones subsiguientes. Mientras, Borges cría unas espléndidas malvas.

Ahora, por poco se les muere un científico que ha revolucionado la medicina del siglo XX. Se trata del británico Robert G. Edwards, conocido como el "padre" del primer bebé probeta, Louise Brown, una niña que acaba de cumplir ¡32 años! Han llegado a tiempo por los pelos.

¿Es que en 32 años no se habían dado cuenta de que alguien había inventado una manera revolucionaria de solucionar un problema que sufre el 15% de las parejas de todo el mundo, como es la infertilidad? Lo cierto es que transcurrieron 32 años en que las fuerzas del mal, es decir, todas las iglesias que se oponen a que el hombre supere en habilidad a sus dioses inexistentes, maquinaron ante la institución sueca para que a Edwards no se le concediese el premio Nobel.

La iglesia católica polaca todavía insistía hace unos meses en exigir la prohibición de la fecundación in vitro en el país que vio nacer al ultra Woityla. El Vaticano llegó a decir que la fecundación in vitro "infringe la tutela de la dignidad humana", una dignidad amenazada que "exige que un niño nazca de un acto de amor sexual de dos personas de distinto sexo". Que lo diga el mayor club de solteros y solteras del planeta, con un lastre de casos de pederastia sobrecogedor, tiene su guasa.

Para su bochorno, habitan este mundo millones de rollizos y felices seres humanos nacidos gracias a la técnica inaugurada por Robert G. Edwards. Si bien ahora me queda la duda de si lo correcto no sería matar a Louise Brown y al resto de los niños probeta para aplacar la ira de sus dioses. Tengo que consultarlo con mi confesor.

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