Fuego amigo

La derecha va a pasar lista

La manifestación del sábado convocada por el PP-AVT está siendo un test para la derecha. Tengo la impresión de que Acebes ha mandado pasar lista, pues en este tipo de concentraciones espontáneas (es la cuarta espontánea, creo) en que se mide la calidad del patriotismo, los que no salgan en la foto lo van a tener muy crudo en las listas electorales.
El hombrecillo insufrible al parecer no puede acudir por compromisos ineludibles en Arkansas, pero, por si las represalias, ha enviado una carta a la seño Alcaraz ("estamos en ellou") disculpando su ausencia. Él hace patria siempre con un pie en FAES y otro en los Estados Unidos (en esta postura, la brisa del Atlántico refresca sus partes, la mejor porción de su cerebro, y le ayuda a pensar), pero reconozcamos que una mani sin Aznar es como una paella sin sal.
Ahora tenemos un problema con el alcalde de Madrid, al que la extrema derecha de su partido considera un rojo perdido, no por su ideario progresista, del que carece, sino porque no sabe insultar con el ardor guerrero exigido en estos tiempos a los líderes populares. Alberto Ruiz Gallardón tiene un problema: es educado, es esa derecha que cualquiera de nosotros invitaría a una cena de Navidad sin miedo a que nos robe la cubertería o le pegue una patada al perro por debajo de la mesa.

El problema de Ruiz Faraón es que Jiménez Losantos le ha vetado en la radio de la Iglesia con una clase práctica de cómo hay que insultar, para que los ciudadanos comprendamos meridianamente que el insulto es una nueva vía evangélica para rezar a dios y, de paso, ganar las próximas elecciones. El predicador de las ondas (yo creo que son naturales, que no se riza el pelo) aseguraba ayer en el programa La Mañana de la COPE, que el ansia de poder del alcalde de Madrid es tal que "le da igual que haya 200 muertos y 1.500 heridos con tal de llegar al poder". ¿Lo tiene o no difícil, después de esta condena por parte del guardián de las esencias fachas?
Porque esta manifestación no es una mani cualquiera. No es ni siquiera contra el gobierno, por raro que parezca. Los medios de comunicación que le escriben las pancartas a Alcaraz, el presidente de la AVT, han montado toda esta farsa exclusivamente contra el juez Del Olmo, el que lleva el caso de la matanza islamista de Atocha, hartos ya de que ni el sentido común, ni la policía, ni los fiscales, ni los jueces, ni dios mismo sean capaces de encontrar la conexión de los terroristas con ETA.
Por eso nos preguntamos muchos qué hace Maite Pagazaurtundua bajo un cartel de "Queremos saber la verdad del 11-M", el lema de la ultraderecha que todavía busca una razón de ser a su fracaso electoral de hace dos años. Nos preguntamos qué hacen bajo esa pancarta las víctimas de esa víctima conocida como Francisco José Alcaraz, por qué se empeñan en ahondar en el descrédito de una asociación que, por el sufrimiento inconsolable de sus asociados, debería concitar el respeto unánime de todos los españoles y no la división con la exaltación de los más bajos instintos de venganza.

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