Marta Nebot

Condenado y reelegido

Érase una chica de quince, de cuyo nombre no voy a acordarme, hija de un concejal del PP y amigo del alcalde de Toques (A Coruña). El alcalde, de cuyo nombre sí que me acuerdo (Jesús Ares), abusa de nuestra protagonista. Ella y su familia denuncian y muchos les dan la espalda (incluidos los compañeros de partido del padre, que también lo eran del abusador). Tres años después, en 2004, fue condenado por esto a indemnizarles con 6.000 euros y a una multa diaria durante 24 meses.

Don Manuel Fraga (presidente de La Xunta) dijo: "No creo que haya un motivo de acción inmediata contra el alcalde de Toques. Otra cosa es que en su día, en consideración de su edad, pueda volver a ser candidato". Setenta años tenía Jesús Ares cuando, viniendo de quien venía, se contó este chiste sobre jubilación tan gracioso.

Fraga le defendió hasta el final. Tardó quince días más que todos los demás en condenar su comportamiento cuando el Parlamento gallego se lo solicitó por unanimidad. Y lo hizo en estos términos: "Hago lo que me pide el Parlamento. Mi rectificación va en el sentido parlamentario de la palabra".

Dos días después, cuando el Parlamento gallego pidió la dimisión del alcalde, a las puertas de la cámara miles de mujeres (que declararon haber recibido llamadas de vecinas del municipio que afirmaban haber sufrido abusos también) cantaban: "O alcalde de Toques tócalle ás nenas/e para Fraga son menudencias/ Que lle toquen a Fraga nas pertenencias". A pesar de la serenata, un mes después, Jesús Ares se volvía a negar a abandonar su cargo aunque la Audiencia Provincial de A Coruña ratificó la sentencia condenatoria. Para entonces él y cinco de sus ediles habían sido expulsados del PP.
En las municipales de 2007 con nuevas siglas, por esas paradojas de la democracia, volvió a ganar las elecciones pero sin mayoría absoluta.

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