Merienda de medios

¿Vivirían como un cubano?

Obama ha abierto la mano con Cuba y el gesto ha sido bien acogido por Fidel Castro, quien, retirado del mundo, marca el camino con sus periódicas Reflexiones en Granma. Junto a la salpimienta de elogios, el comandante recordaba al emperador que lo de eliminar las restricciones para que el exilio viaje a la isla y envíe divisas está very well, aunque le reprochaba que hubiera olvidado levantar un bloqueo que dura medio siglo. A su tradicional "Cuba resistirá" y "jamás extenderá su mano pidiendo limosna", le ha respondido con vehemencia Quim Monzó en La Vanguardia: "He ahí la grandilocuencia de un bocazas".

El régimen cubano fue un símbolo de la izquierda y ha terminado siéndolo para la derecha, empeñada en que la insignificante aldea caribeña sea doblegada por las legiones de la nueva Roma. Sobre cómo hacerlo no hay coincidencia. Para ABC "la Administración norteamericana deberá abolir cuanto antes el embargo comercial... (que) sigue sirviendo a la dictadura como el mejor pretexto para no tener que justificar su desastrosa gestión económica". Pero el monarquipédico Carrascal no lo veía tan claro: "Es Obama quien tiene que andarse con cuidado".

Para proseguir con el deshielo, Bastenier se sumaba en El País a la idea de extender sus efectos a lo académico y deportivo "como sucedió con China en los años setenta, algo parecido al encuentro de ping-pong entre los equipos de Washington y Pekín". ¿Qué mejor que el béisbol para normalizar las relaciones, ahora que Fidel ha sustituido el uniforme por el chándal?

El nuevo clima servía a Carlos Carnicero para retomar el elogio al Gobierno, una senda en la que había dejado crecer la hierba alocadamente. "La medida del presidente estadounidense confirma el acierto de la política española de Zapatero", sostenía en La Nueva España. Al fin y al cabo, como apuntaba el editorial de Cinco Días, las cadenas hoteleras españolas en Cuba "pueden estar de inmediato en el punto de vista de los adinerados turistas estadounidenses", y eso, al parecer, es para sentirse orgullosos.

Vivir de pie

Quienes se empeñan en que los demás elijan entre morir de pie o vivir de rodillas tienden a olvidar que lo preferible es vivir de pie y comer tres veces al día. Decía Javier Nart en Punto Radio que "a todos aquellos que proclaman la libertad y las virtudes de la pseudo-revolución cubana les preguntaría si vivirían como un cubano". Es una buena pregunta.

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