Modos y Modas

Satanás viste de Prada

AGUAS HELADAS// LORENZO SILVA

¿Se acuerdan de la película Matrix? Ya saben, aquella en la que la gente creía tener una vida, cuando en realidad estaban conectados a una máquina que les chupaba la energía al tiempo que les generaba una alucinación sustitutoria de su verdadera existencia para que pudieran soportarla. Hace poco hemos sabido, gracias a un audaz y pertinente reportaje de la RAI, que algo parecido sucede con algunas de las más reputadas marcas de lujo. Sus propietarios dicen que sus artículos se fabrican en Italia y que tienen inspectores que garantizan que las condiciones de trabajo en los talleres son dignas.

Lo cierto es que muchos se elaboran en China, bajo las condiciones que ya sabemos, y se rematan en suelo italiano (para hacer así el paripé y poder colocar el made in Italy) en barracones infectos donde los operarios, inmigrantes chinos ilegales, se hacinan entre basuras y se cuecen en su propio sudor. El bolso de Prada sale así a no más de diez o veinte euros de mano de obra. Vamos, que les deja un pellizco. Quien posea un bolso de esos ya sabe lo que lleva colgando, y los demás, cuando veamos uno de sus anuncios, no sucumbamos a la ensoñación que Matrix proyecta en nuestras mentes: la chica mona, la piel, el diseño. Rompamos esa estilizada imagen virtual y, aunque resulte insoportable, miremos lo que de veras hay debajo: los chinos sudorosos y la nítida faz del Maligno que se regodea en su sufrimiento y en nuestra estupidez. O en nuestra indiferencia.

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