Multiplícate por cero

Hablemos bajito

Quienes amamos el llamado realismo mágico literario latinoamericano, sabemos que la hipérbole es allí una forma de vida. Y muchos de sus dirigentes políticos son hiperbólicos en todas sus manifestaciones. Veáse, si no, Hugo Chávez.
A veces, la hipérbole se une al ombliguismo y a la megalomanía. Entonces, tenemos un problema. Ahora mismo las que tienen un problema son las empresas españolas cuyo ataque a las mismas se ha convertido en el estandarte electoral del presidente venezolano.

Hubo un día en que un monarca perdió los papeles y se espetó (ponerse tieso, afectando gravedad y majestad) y espetó (decir algo a alguien provocándole malestar) una frase ya popular: "¿Por qué no te callas?". Aquella salida de tono se ha convertido en el mejor argumento electoral de Chávez, quien se ha mostrado ante sus seguidores como nueva víctima del imperialismo español. Y amenaza con nacionalizar la banca española que está instalada en su país si no recibe disculpas del rey Juan Carlos.

Desde hace tiempo advierto que el nivel de agresividad verbal se está incrementando en todos los ámbitos sociales: en la política, en el trabajo, en la diplomacia –léase cumbres internacionales– y, desde luego, en Internet. Basta con leer los comentarios en cualquier web para advertir que late mucha belicosidad en el ambiente. Y lo preocupante es que se es agresivo sobre prácticamente cualquier tema, lo que quiere decir que ni siquiera es necesario un motivo para elevar la voz (también la voz escrita) .

Chávez exacerba esa combatividad porque le da buenos réditos electorales. Pero ¿es bueno para su país?

Últimos puestos

Hace cuatro años empezó a realizarse una encuesta en la que participan las cien empresas españolas con mayor inversión en el exterior, a las que se pregunta sobre 23 países concretos; aunque se elabora en junio –por lo que no recoge el efecto de las últimas declaraciones de Chávez– ¿adivinan cuál está en los últimos puestos?

Efectivamente, Venezuela y Bolivia ocupan los dos últimos puestos de valoración para invertir. En concreto, Venezuela empeora su valoración en seguridad jurídica (es el país donde más se deteriora este indicador, y se habrá seguido deteriorando con las amenazas de nacionalizar la banca española). También ha empeorado su valoración en estabilidad social y macroeconómica, en tipo de cambio, en independencia de los tribunales, en discrecionalidad de la administración...
Chávez amenaza ahora con nacionalizar las entidades financieras que tienen allí el BBVA y el Banco Santander. De tanto mirarse el ombligo, se pierde la perspectiva. ¿A quién perjudica más la amenaza?.

Venezuela representa apenas el 1% de los beneficios del BBVA y el 1,9% de los de Santander. Por el contrario, los críticos a Chávez avisan que puede resentirse la inversión extranjera. Como decía hace unos días un empresario: iremos donde nos quieran. La economía venezolana no está muy diversificada, el petróleo es su principal fuente de financiación y también lo es del presupuesto estatal –en casi un 80% –. El PIB creció más del 10% en 2006, pero la inflación lo hizo en más del 15%.
Además, Venezuela también ha caído en el ranking de competitividad que elabora anualmente el World Economic Forum. En tan solo un año (de 2006 a 2007) ha descendido diez puestos y se sitúa ahora en el puesto 98 (hay 121 países en el índice). Los países con gobiernos populistas se encuentran entre los estados latinoamericanos con peor posición.

Alejandro Sanz, non grato

Les puede divertir saber que el segundo español enemigo público número 1 de Chávez y su revolución bolivariana es el cantante Alejandro Sanz. Resulta que hace tres años criticó públicamente al régimen cubano y luego se le ocurrió decir que si a él, como le había ocurrido a Chávez, le recogían tres millones de firmas para que dejara de cantar, lo haría inmediatamente (la oposición a Chávez había reunido tres millones de firmas para reclamar que dejara el poder). Desde entonces, existe en Venezuela una "Asociación por un Mundo sin Alejandro Sanz", que promueve en Internet adhesiones para que Alejandro Sanz deje de cantar, y a favor de Chávez. A 1 de diciembre de 2007 van por las 238.772, si bien auténticas repulsas contra Alejandro Sanz son más o menos el 60% (el resto es un programa automático que se repite una y otra vez). Una de las críticas a Alejandro Sanz dice: "¿Pero estos españoles qué se han creído? Deberíamos mandarlos a la Corte Internacional de La Haya por el delito de genocidio y robo agravado durante 500 años. ¿No hay una ley que dice que delitos de genocidio no prescriben? ¿Por qué los estados de Latinoamérica no hacen algo al respecto? Por lo menos, los que no están comprados por el FMI como Chile, Ecuador y Colombia... No Pasarán".

Es sólo un comentario. Y no de los más belicosos. Pero creo que a todos nos vendría bien empezar a hablar bajito: bajito en amenazas, bajito en vituperios y ofensas y también bajito porque bajemos del pedestal, aunque se trate del soporte real.

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