Otras miradas

Y el negacionismo machista aplaudió a Rubiales

Ana Bernal-Triviño

Vista de la asamblea extraordinaria de la Federación Española de Fútbol durante la intervención de Luis Rubiales. REUTERS
Vista de la asamblea extraordinaria de la Federación Española de Fútbol durante la intervención de Luis Rubiales. REUTERS

Si algo tuvo las declaraciones de Rubiales de esta semana fue desautorizar a todo el mundo menos a él mismo. Desautorizó a Jenni, a las jugadoras, a las instituciones, a la ley, a su propio protocolo de la Federación y... cómo no, al feminismo. Muchos negacionistas y seguidores de Vox aplaudirían un discurso cargado de distorsiones para salvar su propio pellejo. Rubiales no es tonto. Sabe dónde encontrar adeptos. Sabe dónde refugiarse. Sabe del caldo de cultivo negacionista en el país. Y sabe el relato que prende mecha pronto: hablar del malvado plan, del complot, del boicot, que el feminismo ha articulado hacia los hombres. Y, por lo tanto, sobre él. Y, de paso, hacer partidismo. Lo vende como una acción de Sumar o Podemos, sin decir que denunciará, por ejemplo, las palabras de Iceta, de Sánchez o de la misma FIFA

Sus declaraciones sobre este tema conviene matizarlas, porque el negacionismo va a usarlas sin descanso:

"El falso feminismo es una lacra en nuestro país". Es hábil. Usa una de las etiquetas más repetidas de la violencia de género para apropiársela. El feminismo ya ha explicado que la violencia contra las mujeres no es una lacra, es un asunto político. El problema de este país es el machismo y lo que estamos cansadas es del falso feminismo que enarbolan los machistas, que se apropian de este concepto para no asumir responsabilidades. Estamos cansadas de que manipulen un movimiento de derechos humanos, constituido por víctimas y supervivientes que merecen respeto, y estamos agotadas de ver cómo hay hombres que usan la causa para venderse como feministas cuando, en sus acciones, demuestran todo lo contrario.

"El feminismo no busca la justicia y la verdad, no le importan las personas sino ponerse una medalla y decir que están avanzando cuando es todo lo contrario. Están tratando de asesinarme públicamente". El feminismo es algo muy amplio, aglutina a muchos agentes sociales que trabajan, precisamente, para buscar verdad, justicia y reparación para sus víctimas. Y no siempre teniendo una visión jurídica a favor, donde el feminismo ha hecho mucha pedagogía para que se entienda lo que ellas viven. Al feminismo le importan las personas. Las víctimas, sí, pero incluso los agresores. El feminismo respeta que estén amparados por el Estado de Derecho como acusados, y el feminismo defiende que estos hagan terapias, más allá de la pena de cárcel, para que comprendan el alcance de sus actos. Aquí no hay líderes, sino la suma de todas. Esto no va de ponerse medallas. A nuestro pesar, si algo pone el feminismo son crespones. Crespones de mujeres asesinadas. Porque los asesinatos reales, en este país, siguen ocurriendo a las mujeres. Y sí, a pesar de todo y con las víctimas en la memoria, intentamos avanzar, con esfuerzo y con mucho en contra, como el negacionismo en el que se está refugiando. Y él, que estudió derecho, debería de ser el primero que defendiera el respeto a las leyes y sus protocolos.


"¿Qué pensarán las mujeres que, de verdad, han sido agredidas sexualmente, a las que de verdad se las ha agredido sexualmente? Yo he hablado con algunas de ellas, y sienten vergüenza de las declaraciones de Rubiales. Vergüenza de ver cómo se culpabiliza a otra mujer, se la señala y se la expone. Vergüenza de insinuar que es ella la que empezó todo. Y el problema es que seguimos asociando que la violencia sexual es solo una penetración violenta. Seguimos sin entender los consentimientos viciados. Seguimos sin entender el efecto psicológico y daño que puede producir sobre quien recibe la violencia sexual y ese no se puede minimizar.  

 "Mis hijas sí son feministas de verdad. La igualdad no es diferenciar, cuando hay una opinión, entre lo que dice el hombre o lo que dice la mujer, no. Hay que diferenciar entre la verdad y la mentira". No podía faltar el mansplaining, de cuando un hombre nos explica qué es el feminismo.  La igualdad no se basa en la diferencia de opinión de un hombre y una mujer. Entre otras cosas, porque hay ocasiones ante la violencia machista que hombres y mujeres opinan de idéntica forma. La igualdad precisamente es la igualdad de trato y derechos entre hombres y mujeres. Algo que en el fútbol y en muchos otros sectores no ocurre. Y sí, hay que diferenciar entre la mentira del machismo y la verdad del feminismo. 

Rubiales ha alentado la maquinaria reaccionaria del machismo


Estemos preparadas. Salvemos de dónde viene la maldad. Que no nos confundan. Esto solo acaba de empezar.

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