Carta con respuesta

Al menos dame pan

No cabe duda, pues así lo han confesado sus patrocinadores, de que el rally Dakar se ha suspendido por ‘seguridad’, por sólidas y responsables razones de temor a un atentado mortal, que no sería el primero. Algo es algo, pero lo más razonable y digno hubiera sido que la suspensión procediera de razones más nobles: de la toma de conciencia de su insolente ostentación de riqueza ante la miseria, del daño ecológico a las débiles infraestructuras africanas, y para evitar la contaminación ambiental y las pésimas secuelas, incluidas muchas víctimas mortales, que esa ‘pasión por el motor’ produce tanto allí como en Europa. Pero algo es algo: que, al menos por ‘atrición’, por temor al castigo, si no aún por ‘contrición’, por las más nobles razones de amor a la vida humana y del planeta, se deje de cometer tan grave atropello. La nota peor la dan los recalcitrantes que, rabiosos al no poder sacar ya tajada de esa irracional carrera hacia el desastre, como algunos corredores, se rebelan contra su suspensión, que califican de mera y contraproducente cobardía.

FERMÍN ESPINOSA ROMERO MADRID

Pues me parece que tiene usted toda la razón. A mi modo de ver, esa carrera ha sido, desde el principio, un espectáculo vergonzoso. Utilizar algunas de las zonas más castigadas del planeta para divertirse echando unas carreras de coches, motos y (creo) incluso camiones: ¿a quién en su sano juicio se le puede ocurrir semejante idea? Hay que tener la sensibilidad moral de un ornitorrinco constipado para concebir una memez de ese tamaño.

Me imagino al hatajo de marichalados paladeando su gin-fizz, algo agobiados por sus abrumadoras responsabilidades (sorprender con el dobladillo del pantalón, circunnavegar el planeta en moto acuática, no repetir vestido en la próxima fiesta, elegir un alfiler de corbata, etc.) y confabulando para hacer algo un poco chachi-piruli, por fa. Chicos, ¿qué os parece un campeonato de hípica en el pabellón de Oncología? Aaaagh, qué vulgar, y no habría publicidad ni teles. ¿Un rally en África? Mmmm, ¿África? ¿Allí no hay negros pobres? Vamos muy rápido, casi no se les ve. ¿Y si nos contagian algo? Imposible: ¡llevamos el casco puesto! Ah, entonces súper. Dicho y hecho: París-Dakar, de lo más chachi-piruli.

Y encima nos dirán que es solidario, ecológico, comprometido y filantrópico. Confirmado: nos toman por idiotas sin remedio. Lo peor es que a lo mejor llevan algo de razón: muy idiotas tenemos que ser para dedicarle atención, espacio en la prensa y en los telediarios o un solo minuto de interés a un concurso indecente y a los muy desinteresados patrocinadores publicitarios de semejante bobada. No tenemos arreglo: nos llaman tontos y ni siquiera nos dan pan.

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