Tan preocupados por su aspecto. Tan atentos a las últimas tendencias, a los mejores diseños, al maquillaje, a su dieta macrobiótica, sus entrenamientos personales y demás chorradas. Tanta preparación, tanta pasta que se dejan en cuidar su imagen y luego resulta que se olvidan de teñirse las raíces, de echarse un poco de cera en las puntas o de esconder la laca en un cajón en los momentos importantes.

He aquí el caso de unos cuantos famosos que deberían despedir hoy mismo a sus estilistas capilares (¿ahora se les llama así?) y bajarse cuanto antes a la pelu de su barrio para que petardas como yo no hagan posts como éste.

Me quito el sombrero. Después de varios intentos fallidos, la cantante Miley Cyrus ha conseguido que medio mundo se haga eco del día en el que por fin logró enterrar su imagen de chica Disney. Aunque para ello haya tenido que hacer el ridículo en la última gala de los premios MTV y cortarse el pelo de una forma indescriptible. Un estilismo que me recuerda mucho al rapado extremo que se hizo Britney Spears ante los paparazzi cuando la princesa del pop vivió una etapa de desequilibrio emocional, por decirlo amablemente.

Esperemos que el nuevo peinado con minimoños maxiestudiados no sea un mal augurio para la hija de Billy Ray Cyrus. Todavía no ha salido un Groupon para la López Ibor. Pero estaré atenta.

Lo de la estadounidense Kristen Stewart, en cambio, es un expediente X que algún día se aclarará. Que yo, Sandra Bulos, lleve estos pelos por el mundo, a vosotros qué más os da. A nadie le importa que no me haga las mechas desde el año pasado, salvo a mi peluquero. Que por las mañanas no me planche el pelo y lleve el pelo encrespado sólo le molesta a mi jefe, que me mira mal en las reuniones con gente que se cree importante. Además, a mí todo me queda bien. Es lo bueno de ser casi perfecta.

Pero que una actriz de Hollywood que va pisando las alfombras rojas de medio mundo se plante con estos pelajos delante de una nube de fotógrafos tiene bemoles. No lo entiendo, pero hay que reconocer que esta chica le echa ovarios, porque encima es reincidente.

Y ahora vayamos con Shakira y Piqué. Sí, un dos por uno. Como si fueran Brangelina, pero en su versión latina: son nuestros Shakqué. Ella, con esa raíz imposible y ese rubio frito. ¿Quién la peina? ¿La bruja avería? Y él, con el clásico modelo pelopincho que uno no espera volver a ver una vez superada la EGB. Por favor, un bono que incluya una sesión de raíces para ella y un peinado a lo Cristiano Ronaldo para él (pues sí, se me ven los colores, qué pasa. Soy del Madrid y escribo en Público).

Por último, si hay unas reinas indiscutibles de los peinados más freaks esas son, a fuerza de laca, Beatriz de Holanda y Sofía de Grecia. Me imagino la cara de sus peluqueras cuando ellas insisten: "Más, echa más laca a ver si me voy a despeinar". A los hechos me remito:

Y después de hablar de algo tan trascendental en mi primer post, os quiero hacer una pregunta fundamental que me quita el sueño cuando veo La1. ¿Quién está más oxidada, Mariló Montero o Anne Igartiburu?