Todo es posible

Contrapropaganda

Desde su escondite en El Aaiún, los activistas Isabel Terraza y Antonio Velázquez denuncian, a través de YouTube, que el régimen marroquí está cometiendo un auténtico genocidio con los civiles saharauis. Otros dos activistas españoles, que lograron escapar del cerco marroquí, relatan escenas de represión brutal contra la población saharaui que vive en estado de sitio desde que los militares marroquíes desmantelaron violentamente el campamento de Gdem Izik.
Testimonios ambos muy valiosos, pero incompletos. Las filtraciones del Centro Nacional de Inteligencia español (CNI), que calculan entre 400 y 800 los saharauis detenidos, también responden a fragmentos de la realidad. En cuanto a los vídeos sobre los disturbios, aportados por los ministros del Gobierno de Mohamed VI,

al formar parte de una campaña de contrapropaganda, las fuentes carecen de credibilidad.
Para saber realmente qué sucedió el pasado 8 de noviembre en dicho campamento, cuántos han sido los muertos, los detenidos, los desaparecidos y en qué condiciones se encuentran en estos momentos los saharauis de El Aaiún, tendría que haber periodistas de diversos medios sobre el territorio, dedicados a investigar, obtener datos, hablar con todas las fuentes y comprobar su veracidad. Profesionales identificados a los que se les facilite su trabajo, que es un bien público, para que puedan informar con rigor y libertad. Que nadie confunda el debate. No estoy haciendo una defensa corporativa de mis colegas expulsados por el Gobierno marroquí, sino de la libertad de expresión, porque es una defensa imprescindible contra la tiranía.

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