Todo es posible

Barcelona es más ‘biutiful’

Qué imágenes tan distintas nos pueden mostrar dos directores de cine sobre un mismo lugar. Woody Allen nos presentó en Vicky Cristina Barcelona la ciudad en clave de comedia y con personajes burgueses. Ahora, Alejandro González Iñárritu nos enseña en Biutiful una Barcelona proletaria y atormentada, la imagen del mundo sórdido de los suburbios donde malviven los inmigrantes irregulares que el cineasta mexicano considera los esclavos del siglo XXI.
Javier Bardem, protagonista en ambas, realiza una interpretación soberbia, grandiosa, digna de todo elogio. Ha conseguido hacer de Uxbal un personaje tan magnífico como el de Santa que encarnó en Los lunes al sol, la excelente película de Fernando León de Aranoa.

Y, sin embargo, antes de su estreno del próximo viernes, los intransigentes habituales ya le están poniendo a parir por el simple hecho de mezclar la promoción con la propaganda política a favor del pueblo saharaui, por otra parte, tan indefenso y olvidado.
Quiero destacar, en esta ocasión, su talento interpretativo y su entrega a un personaje más grande que la película en sí, pero, por encima de todo, apoyo su derecho a comprometerse con las causas que considere oportunas, como lo hacen otras muchas estrellas internacionales sin que su imagen sufra el menor deterioro. Defender a nuestros escritores, músicos, cineastas y demás artistas, cuando lo merecen, es una forma de elevar la autoestima como país que, últimamente, entre unas cosas y otras, la tenemos por los suelos.

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