La trama mediática

Con y contra Álvarez-Cascos

Las plumas del ultramonte se levantan a favor y en contra del auto-rebotado de la gaviota Francisco Álvarez-Cascos. En primer tiempo de saludo mariano, La Razón saca la fusta para atizar al hasta ayer portaestandarte de todas las virtudes diestras. "En el PSOE del Principado no caben en sí de gozo. Ahora que las encuestas daban como ganador al PP, la segregación de Cascos les ha llegado como un regalo de Reyes", masculla el editorialista. Más incendiario, Cefas asaetea al traidor: "Quien a hierro mata a hierro muere y la realidad es que tenía más enemigos que amigos. (...) No se puede ser tan arrogante. Sus paisanos de Asturias prefirieron el honor y le dieron la espalda. Ahora deja el partido que tanto decía querer y demuestra que sólo le importaban los cargos".

En el frente opuesto, Libertad Digital levanta la bandera casquista. "Se confirma que cuando Rajoy invitó en Elche a los conservadores y liberales a abandonar el Partido Popular hablaba completamente en serio. De hecho, él mismo está dispuesto a darles un empujón hacia la puerta. Que le pregunten a Cascos", sostiene un editorial titulado, por si cupieran dudas, "Álvarez-Cascos, enésima víctima del nuevo PP de Rajoy". Los dos huevos duros que faltaban los pone José García Domínguez: "Precisamente por eso, porque con siglas o sin ellas Francisco Álvarez-Cascos siempre habrá de ser alguien, su persona ya no cabía en la cuadrilla del gallego".

El Mundo, a dos barajas

Siempre dispuesto a chapotear en las goteras de Génova, 13, El Mundo juega con dos barajas. El editorial del domingo era decididamente a favor del disidente, como lo prueba su título: "Rajoy prefiere la imposición a la democracia interna". Sin embargo, el de ayer, amanecía por el otro flanco: "El ex secretario general tiene poca autoridad moral para denunciar este déficit [de democracia interna], ya que durante diez años tomó las decisiones con los mismos criterios que ahora le han apeado de la candidatura". Pedro Jota sí que sabe.

Ajeno al barullo asturiano, el editorialista de Cope se entregaba a fondo a la loa con chundachunda de la fiesta de la familia -de un tipo de familia, se entiende- celebrada en Madrid. Juzguen si se le iba la mano en el entusiasta panegírico: "La Iglesia proclama que la esperanza de Europa pasa por volver a sus raíces y fortalecer la familia. Para pagar las pensiones, pero más importante aún, para recuperar la esperanza y la alegría perdidas".

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