La trama mediática

De Tucson a Murcia

Se frota las manos Carpetovetonia en la tomatina murciana y, fiel a su costumbre, investiga, instruye, juzga y, claro, condena. "El ‘discurso del odio’ que está promoviendo la izquierda zapaterista y mediática del país está en el origen de atentados como el de Murcia", sentencia el juez Carlos Dávila en La Gaceta. Por si quedaban dudas, el titular de primera las despejaba: "El PSOE de Murcia puso en el punto de mira al consejero agredido".

En La Razón, el mismo proceso sumarísimo. El editorialista señala de saque: "No se trata de un episodio de delincuencia común, sino de matonismo político puro y duro que lleva el sello de la izquierda radical". ¿Necesitan que les traduzcan lo de 'izquierda radical'? De ello se encarga Iñaki Ezkerra: "En España quien ha generalizado esas feas prácticas ha sido el PSOE de Zapatero, que llegó al poder apedreando sedes populares durante una jornada de reflexión de triste recuerdo. Éste es un hecho tan obvio como la ejemplar mesura del PP de Rajoy". El atrabiliario Cefas remata: "Al final, la banda de la porra se ha sacado la máscara y se ha puesto un puño americano para agredir a un político culto y dialogante".

Carrascal se desdice

ABC juega con doble baraja. "Mientras la Policía determina la responsabilidad de este siniestro episodio, la prudencia obliga a serenar los ánimos", dice un editorial inmediatamente desmontado por José María Carrascal, que porfía: "En Tucson no sabemos si el agresor estaba movido por la política, en Murcia, en cambio, sí". La semana pasada sostuvo lo contrario, como recordarán. Haciendo un chiste del drama, Juan Manuel de Prada termina de enmarañarlo todo: "Siendo el instrumento de agresión un puño americano, la prensa izquierdista no debería vacilar el atribuir la agresión a un secuaz murciano de Sarah Palin; y, tirando del hilo, tal vez descubra que en Murcia hay montado un Tea Party clandestino".

La finta la supera el editorialista de Libertad Digital. "Lo mismo que dijimos entonces tenemos que repetirlo ahora. Ni el Tea Party es culpable de los asesinatos, ni el PSOE de la agresión contra Pedro Alberto Cruz", escribe. No le aplaudan aún, que viene la propina: "Otra cuestión es acotar las responsabilidades y pensar que, tal como cree la policía, la campaña que desde hace un mes ha orquestado la extrema izquierda contra el PP murciano sí haya podido servir de inspiradora o ejecutora de la agresión". O sea, que no, pero sí.

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