Ahora que el Estado de Alarma oficial es anécdota histórica, Diestralandia lo decreta en sus primeras por un quítame allá esos pinganillos en el Senado. "Derroche autonómico", aúlla ABC al pie de una foto de sus señorías pertrechadas con los artilugios para la traducción simultánea. "Los pinganillos de oro", se echa las manos a la cabeza La Razón, que enseña la patita editorialmente: "Las lenguas cooficiales no sólo gozan ya de primacía casi total en las administraciones públicas respectivas, que en el caso catalán incluso ha marginado al castellano, sino que tiene su ámbito natural de desarrollo político en sus propios parlamentos". Faltó añadir "Que se vayan a su pueblo".

Y cuanto más a la derecha, más ruido. "La majadería se estrena en el Senado", titula el editorialista de Libertad Digital, que termina su indignada descarga así: "Este insulto a la inteligencia resulta ofensivo para los ciudadanos no sólo en su condición de contribuyentes sino también de españoles". En El Mundo, taza y media: "Senadores que hablan en español en el pasillo montan una Babel en el pleno", decía el titular a cinco columnas. Desde su vídeo-púlpito digital, Pedro J. Ramírez añadía: "Que justo cuando estamos constatando que el actual estado autonómico es inviable, el PSOE y los nacionalistas hayan seguido adelante en los debates plurilingües con traducción simultánea es la prueba de que unos y otros se merecen un castigo ejemplar... en las urnas".

Murcia

Esa paradiña del riojano entre "castigo ejemplar" y "en las urnas" nos lleva directamente a la huerta murciana, donde sigue la cosecha de tomates ideológicamente tóxicos. "El PSOE lleva ahora a los colegios sus amenazas al PP de Murcia", acusa La Gaceta a todo trapo en portada. En el interior, Antonio Martín Beaumont redondea la faena: "De momento se debe pedir igualdad: si en Tucson la culpa es del Tea Party, en Murcia es del PSOE y, si no, nada".

Vuelta de tuerca más en Libertad Digital, a cargo de José A. Martínez Abarca: "El camino para que el PSOE vuelva al Gobierno en España ahora que aún no se ha ido se está diseñando en estos momentos en Murciano, y desde luego, no parece que tenga mucho que ver con una regeneración de la socialdemocracia". Ni siquiera es original. Es una copia ramplona de lo que ya había dicho en su blog su jefe, Federico Jiménez Losantos en una filípica titulada "Murcia o cómo puede ser el PSOE después de mayo".