La trama mediática

¿Cabrón o cirujano?

Está dispersa la carcundia emplumada, así que dejamos que el primer entrecomillado del día se decida a pito-pito-gorgorito. La mano inocente señala un titular de La Razón, miren por dónde, para cándidos. "España respira", ulula a todo trapo el diario azulón en primera. Un sumario juega a la causa-efecto de la señorita Pepis: "La prima de riesgo cae a su nivel más bajo en un mes". Tal que un Cid inverso, Rajoy gana batallas antes de haber nacido como presidente. ¡Aleluya!

La cosa es que ni en la barricada propia cuela. Talludito para creer en poltergeist, Santiago González se chotea en El Mundo de los supuestos prodigios de San Mariano: "Puede que esa manera de estar callado de Rajoy sea una eficaz arma estratégica para contener la deuda y aplacar mercados. Si esto se confirmara, habría que pensar en adiestrarlo en la escuela interpretativa de Harpo Marx".

¿Mala leche, eh? Pues aún lo supera Raúl del Pozo en el mismo papel pedrojotiano. Lean y, si procede, que tal vez sí, asientan: "Mariano Rajoy sigue esquivando a los medios y jugando a las adivinanzas, sin decir a qué cabrón va a poner al frente de Economía para que baje los salarios, decrete el despido libre y eche a cientos de miles de funcionarios a la calle".

Oda al bisturí

Eso sonaba a bofetada. Comprobemos ahora cómo se puede decir exactamente lo mismo y que, sin embargo, parezca una loa al pontevedrés. Donde Del Pozo decía "cabrón", pongan "Cirujano de hierro", que es el título de la columna en ABC del cada vez más entregado Martín Ferrand. Lo demás vendrá rodado: "Le corresponde ahora enmendar el curso de la Historia y aplicar con fuerza el bisturí que debe suprimir los muchos tumores y malformaciones que afectan al cuerpo nacional y su funcionamiento".

Medio minuto de atención para los lloricas que hacen caja. Federico Jiménez Losantos anda vendiendo un libro titulado "El linchamiento" donde cuenta lo bueno que ha sido él y lo malos que hemos sido los demás. Del Borbón abajo, literalmente: "El rey dijo ante Ibarretxe que esto de Federico no se podía soportar más", le plañía el pollito Calimero turolense a su escudero César Vidal en EsRadio. Y en el mismo viaje, el desquite: "Si el rey no hubiera estado censurando a los medios independientes que contaban lo que creían sobre la nación, no le habría salido un yerno tan idiota que fue dejando un rastro por todas partes".

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