Balagán

Condenas de cocodrilo

Estados Unidos está "muy preocupado" después de que el ministro de Defensa de Israel, Moshe Yaalon, haya aprobado el establecimiento de una nueva colonia judía en la Cisjordania ocupada.

La nueva colonia estará en el bloque de asentamientos de Gush Etzion, al sur de Jerusalén, entre Belén y Hebrón.

Se levantará sobre unas tierras, incluida una iglesia, que recientemente fueron adquiridas por una iglesia nórdica que luego a resultado ser una empresa pantalla del multimillonario judío-americano Irving Moskowitz, quien lleva muchos años dedicado a comprar tierras y casas en los territorios ocupados para luego entregárselas a los colonos.

Washington ha dicho que la decisión de Israel muestra que el Estado judío no tiene el menor interés en facilitar la creación de un Estado palestino.

Tiene gracia que diga eso ahora, y no está exento de una considerable dosis de cinismo. Hace ya muchos años que es evidente que Israel nunca ha querido alcanzar un acuerdo con los palestinos. Su política de expansión colonial ha ido siempre hacia adelante y al margen de la legislación internacional.

Suena hipócrita que Washington lo lamente porque Moshe Yaalon no ha hecho nada nuevo. Ha ocurrido lo mismo durante cada año, cada mes y cada día, de ahí que sorprendan los lamentos del departamento de Estado.

Europa también sigue fiel a su línea política, aunque en esta ocasión Bruselas ni siquiera ha abierto la boca.

Está claro que los americanos y los europeos prefieren de vez en cuando "lamentar" y hasta "condenar" la expansión colonial israelí, pero al mismo tiempo la toleran y la animan con su colosal pasividad. Dejan a Israel hacer y deshacer a su antojo y el Estado judío sigue adelante consciente de que nadie es capaz de toserle. El comportamiento de la UE es deliberado e ignora la ocupación y la situación de millones de palestinos.

El mensaje es claro: Israel legitima la ocupación con el consentimiento de Europa y Estados Unidos puesto que sus protestas y lamentos no tienen ningún valor. Es simplemente un juego de cara a la galería, un juego ajeno al enorme sufrimiento que genera la ocupación ante la mirada opaca de Europa y Estados Unidos.

Sin olvidar que Estados Unidos y Europa continúan atiborrando de armas a Israel, lo que hace que el Estado judío se sienta fuerte para decidir lo que hace y lo que no hace prescindiendo de leyes internacionales y de lo que haga falta.

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