Cartas de los lectores

30 de noviembre

Tras las elecciones catalanas
Las elecciones autonómicas en Catalunya arrojan la siguiente composición del Parlament: 87 diputados de centro-derecha frente a 48 de centro-izquierda; 76 diputados nacionalistas frente a 59 no nacionalistas.
Hoy, la sensibilidad autonómica catalana es de centro-derecha y nacionalista. A pesar del buen resultado obtenido por el PP, la tercera fuerza política, lo más destacable ha sido el batacazo de ERC, que pasa de la tercera a la quinta fuerza política, y el del PSC, aunque se mantiene en segundo puesto.
Esperanzador es el resultado de ICV-EUA, con Joan Herrera, que, a pesar de perder dos escaños, sube un escalón y pasa a la cuarta posición. Si Artur Mas abunda en su deriva soberanista, encontrará fácil apoyo en ERC y SI, pues los tres partidos nacionalistas suman una holgada mayoría absoluta de 76 escaños.
Francí Xavier Muñoz Madrid

Más vale callar sobre patriotismo
De nuevo al ex presidente José María Aznar se le suelta la lengua y solicita por "patriotismo" lo de siempre, que se anticipen las elecciones a ver si el rebufo de la crisis lleva de nuevo a su partido a la Moncloa. Es indignante que desde dentro, y movidos únicamente por intereses partidistas, estén favoreciendo a los especuladores financieros que están poniendo en peligro la estabilidad de Europa. Algo más que indignante es que, sin aportar ni si quiera un atisbo de posible solución a esta crisis, critique las medidas del Gobierno, que no deben ser tan malas, ya que están siendo aplicadas en el resto de Europa pocos meses después.
No debería olvidar Aznar que él y su política económica son responsables de gran parte de la crisis que ahora padecemos, al haber basado la recuperación económica en el ladrillazo, favoreciendo la feroz especulación inmobiliaria y el endeudamiento masivo de la gente que ha tenido que pagar por la vivienda un precio fuera de mercado para el enriquecimiento de unos pocos.
José Luis Pérez Molina
La cuestión de la blasfemia como delito
Hace días, la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) intentó, una vez más –se trata de una solicitud rutinaria de la OCI desde 1999– que el Tercer Comité de la Asamblea General de Naciones Unidas, especializado en cuestiones sociales, humanitarias y religiosas, se pronuncie a favor de legislar a nivel internacional contra la blasfemia. En esta ocasión, la solicitud de la OCI resulta particularmente inoportuna porque sobre una cristiana paquistaní, Asia Bibí, pesaba una condena de muerte por haber presuntamente criticado al profeta Mahoma en defensa de su fe. Posteriormente, parece que ha recibido el perdón del presidente de su país y se espera su liberación.
Las ofensas a dios no pueden regularse en el Código Penal, como ocurre en España con el artículo 525, que la castiga con pena de multa de ocho a 12 meses. Y menos con la pena de muerte, como ocurre en otros muchos países. La pena de muerte es execrable en toda circunstancia, y aún más cuando se dicta por ejercer, en el fondo, la libertad de opinión. Al hacerlo, confundimos el papel de los legisladores y los jueces con el de los teólogos e inquisidores, que establecen cuándo se ofende a dios y cuándo no. El criterio que utilicen, aunque esté fundado con una creencia religiosa, no deja de ser eso, un criterio, no una verdad inamovible a la que deban plegarse los derechos.
Ángel Luis Jiménez Rodríguez Algeciras

Viaje al centro de la mente de Mariano Rajoy
Debe de ser apasionante estar en la mente de Mariano Rajoy. Este viaja a lo largo y ancho de toda España respaldando a los candidatos del PP con el mismo discurso, digan lo que digan: España va mal, este Gobierno es una catástrofe, el presidente del Gobierno ha perdido la confianza, las leyes del Gobierno son un lastre social, la opción que yo apoyaría es la de David Cameron, neoliberal que ha sacudido los cimientos –eso sí, poco consolidados– del Estado social en Gran Bretaña.
Además, afirma que el PP es objeto de persecución y acoso judicial y policial. Y sobre la corrupción, ¿qué corrupción? Cortinas de humo para llamar la atención de lo verdaderamente importante: España va mal, este Gobierno es una catástrofe. De tanto repetírselo, se lo cree. La cuestión es: ¿qué hacemos los que no le creemos, a los que nos da miedo su silencio?, ¿dónde está su responsabilidad fiel y patriota? En ningún sitio, no existe.
Esta es la razón por la que cualquiera puede ser Mariano Rajoy. No requiere ningún mérito.
M. E. Isabel Bolaños

El pertinaz silencio del Gobierno ante el Sáhara
La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, en un cambio de postura camaleónico, pedía tiempo para analizar los hechos que habían ocurrido en el Sáhara ocupado por Marruecos. El Gobierno, decía, no podía actuar sin tener informaciones fiables. Ya ha pasado casi un mes y ¿todavía no tienen información? Su respuesta continúa siendo la misma: el silencio frente al genocidio.
El Gobierno español calla ante las torturas, las violaciones de los derechos humanos, los secuestros, la brutalidad policial... O calla y, además, colabora, por ejemplo, en la censura informativa del reino de Marruecos.
Aunque hay ciudadanos españoles entre las víctimas de la represión, continúa callado, dando por buenas las mentiras marroquíes. Organismos dignos de crédito para el Ejecutivo, como Human Rights
Watch, han denunciado las atrocidades cometidas por el Marruecos en el campamento de Gdeym Izik y en El Aaiún. El Parlamento europeo y el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha mostrado también su preocupación por los hechos.
Por otro lado, las mentiras orquestadas por Marruecos caen por su propio peso y su actitud de censor denota que tiene cosas que esconder. No hace falta ser un espía para saberlo.
Salvador Pallarès-Garí/Presidente de ACAPS la Safor

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