Cartas de los lectores

25 de diciembre

Pensiones a la baja
Resulta cuanto menos graciosa la ingenuidad con la que el Gobierno esgrime su argumento a favor de ampliar la edad de jubilación a los 67 años: es la única forma de obligar a los empresarios a que dejen a un empleado trabajar más allá de los 65 años. Utilizar este argumento tras la reforma laboral aprobada, que abarata y facilita el despido improcedente de los trabajadores indefinidos, presupone que los agentes laborales no se han informado bien de las consecuencias que tendrá dicha reforma laboral en el ajuste de la plantilla de la gran mayoría de empresas, así como una pueril confianza en la clase empresarial de este país por sus trabajadores cualificados, aunque sean mayores. La experiencia sindical demuestra que, salvo ejecutivos y personal de confianza, los empresarios de este país prefieren plantillas que no rebasen en demasía la edad media de 50 años. Y la reforma laboral aprobada no hará sino aumentar esta realidad.
Francí  Xavier Muñoz Sánchez Madrid

España, capital Washington. La injerencia de Estados Unidos
Wikileaks ha revelado las intromisiones del Gobierno de EEUU en el funcionamiento y las decisiones de los tres poderes del Estado. Con toda la gravedad que suponen las presiones y flirteos con jueces y parlamentarios (además de la Fiscalía, el Banco de España, etc..), es destacable haber conseguido el cese de la ex ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona por negarse a aceptar los dictados del imperio sobre la concesión de permisos para los transgénicos, que prácticamente monopoliza a nivel mundial la monumental empresa americana Monsanto, que avanza para controlar la base de producción alimenticia del planeta. En España, agricultores y ecologistas han hecho frente común contra los transgénicos y las prácticas de Monsanto. Lo más preocupante no es que EEUU realice sus maniobras, sino que el Gobierno de España se lo consienta (y el PP se queja de las concesiones a Catalunya y Euskadi).
Manuel García Sierra Sevilla

La lucha contra el calentamiento global ha de ser prioritaria
El Gobierno, aunque parezca aturdido, debería considerar la lucha contra el calentamiento global como su máxima prioridad política porque vamos contrarreloj y cada año con menos tiempo. Si queremos que el incremento de la temperatura no pase de los prudentes 1,5º en 2015, hay que empezar a reducir las emisiones globales. Casi un imposible después de haberlo dejado en Cancún para mañana –en Durban– el hecho de tomar decisiones que limitan las emisiones.
Si fuéramos conscientes de que sólo quedan cuatro años para 2015 estaríamos espantados, porque el calentamiento nos va a afectar mucho más que cualquier otra cosa. Luchar para frenar las emisiones de CO2 debe ser, pues, nuestra mayor prioridad. Es lo más inteligente, lo más necesario, lo más solidario, lo que más nos debe ocupar e interesar. No basta con saberlo y estar preocupados
–que muchos ya lo estamos–, sino que hay que buscar acciones eficaces para convertir a los gobiernos, para concienciar contra el CO2 emitido por los coches contaminantes y nuestro consumismo.
¿Cómo conseguirlo? Tenemos la pausa festiva para ir pensándolo.
Pablo Osés Azcona Fuegirola (Málaga)

Españoles e incivismo en Catalunya
Políticos de l’Hospitalet, Badalona y Salt piden más mano dura contra los inmigrantes incívicos, pero no contra los españoles incívicos. Quieren que no se les renueve o no se les conceda el permiso de residencia a los extranjeros que hayan sido sancionados ya sea por escupir en la calle, hacer grafitis o poner la música alta a las doce de la noche. Si las ordenanzas municipales ya establecen multas por estos actos, ¿por qué piden más sanciones sólo para los inmigrantes? Si fueran coherentes y lucharan sólo contra el incivismo de todos, estos políticos deberían solicitar que se les retirara la nacionalidad española a los autóctonos que escupen en la calle, hacen grafitis o ponen la música alta por la noche.
Antoni Fernández Barcelona
Lluvia de pelusas en las calles
de las ciudades
Caminaba yo descuidado por la acera, completamente ajeno a lo que pudiera descender del cielo. De pronto, veo caer sobre mi cabeza una lluvia de pelusas y un sinfín de partículas voladoras no identificables. Miro hacia arriba sorprendido y observo indignado cómo una señora vapulea con ímpetu una enorme mopa por la ventana.
Le recrimino su acción incívica y me responde muy segura de sí misma: ¿dónde quiere usted que la sacuda? Al escuchar la respuesta, rápidamente comprendí que tenía la batalla perdida; a pesar de que en ese momento ya se había unido a mi recriminación otra señora que había contemplado la escena.
Si se fijan, no es extraño ver todavía, sobre todo por las mañanas y en los barrios de las ciudades, sacudir por las ventanas y los balcones sábanas, bayetas, mopas y alfombras sin ninguna contemplación ni reparo hacia los viandantes. Es verdad que la mayoría de las personas tienen un comportamiento educado y cívico; pero también lo es que aún quedan algunos ejemplares con costumbres decimonónicas carentes de miramiento y civilidad.
Pedro Serrano Martínez Valladolid

El robo del siglo y el ninguneo del arte contemporáneo
Sin duda alguna, el robo de "arte contemporáneo" cometido hace unos días en Getafe podría inspirar a más de un creativo cinematográfico para realizar el film de su vida. Parece que la pronta recuperación de las obras sustraídas ha sido posible gracias a la pista de que el Chillida –un banco en acero– fue vendido "al peso" por 30 euros a un chatarrero del mismo Getafe. De todo ello cabría sacarse diversas y paradójicas conclusiones, entre las cuales destacar el ninguneo de los cacos con el llamado "arte contemporáneo".
Jordi Pausas París

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