Cartas de los lectores

19 de febrero

La hora de los cuchillos largos
Los ciudadanos, especialmente los madrileños, no deben perderse en el laberinto informativo de lo que está pasando, sino retener lo básico para sacar conclusiones. La
borrasca que se cierne sobre el PP es ciertamente grande, y no sabemos lo que se llevará por delante. El PP es uno de los actores principales de la vida democrática de este país y no hay duda de que muchos españoles creen que son gente honesta, dispuesta a luchar contra la corrupción, el favoritismo y el egoísmo de tramar negocios, capitales y beneficios. Y, en general, hay que suponer que es así.
Pero, ante sospechas y hechos bien documentados, la investigación legal pertinente ha recopilado escuchas y conversaciones grabadas, testimonios directos, confesiones, denuncias que delatan una trama larga de personas concretas, vinculadas en mayor o menor grado al PP y colaboradoras. El ciudadano común pide una investigación, la depuración de los culpables y la aplicación de la Justicia. Paradójicamente, la reacción oficial del PP ha sido unánime: mentira, no hay nada de nada, todo es una campaña
de desprestigio, persecución y acoso contra el PP. Todo esto, como señal de verdad y unidad, lo ha querido dejar plasmado en esa foto patética, evocadora del entierro del Conde de Orgaz, pero sin muerto en el medio.
En lugar de reconocer la legitimidad de la investigación y sus resultados, se han propuesto negar todo, atacar a quienes llevan la investigación y pararles los pies. En un partido como el PP, esta estrategia resulta infantil y antidemocrática. Si no temen a la verdad, ¿a qué viene toda esta maniobra de ocultamiento y obstrucción de la Justicia? ¿Cómo explicar que responsables cualificados del PP no hayan intervenido para impedir caer en la trampa de identificar posibles actos delictivos de individuales afiliados o colaboradores con la entidad misma del partido? ¿Cómo no han parado la descabellada recusación del juez Garzón sabiendo que tan torpes argumentos se iban a caer por sí mimos? ¿Cómo aplaudieron el invento de una caza conspirativa que, de inmediato, se iba a desvanecer y les iba a dejar en pueril ridículo? ¿Cómo pudieron alentar al ex ministro Federico Trillo, hoy portavoz de Justicia y Libertades, mil veces descalificado, para que públicamente hiciese la recusación del juez Garzón?
Aclarar la verdad, hacer justicia y sancionar a los responsables es lo que debe hacer un partido si quiere recobrar la credibilidad ciudadana. Lo demás –echar balones fuera, atacar a quien no
corresponde, descubrir conspiraciones donde no las hay– es simulación, cobardía y mal calculado cinismo que, a la postre, dañan aún más al honor e imagen del partido. Al PP se le pasaron los días de festivos y de gloria en los que todo parecía estarle permitido, y le acecha a sus dirigentes –primero a Rajoy– la hora de los cuchillos largos. El pueblo, a pesar de la confusión manipuladora, entiende, se sobrecoge y apunta conclusiones.
Benjamín Forcano/Madrid

Compartamos las lenguas
Frente a la política económica e institucional, Carod-Rovira recomienda la política lingüística. "Encomana (contagia) el català", nos dice el aragonés de no muy buenas hechuras. Generalmente, cuando cambiamos de lengua, lo hacemos por pura necesidad lingüística y de interacción comunitaria. Es decir, queremos relacionarnos, comprendernos. A mí, que siento una profunda admiración por el catalán de pro, me entristece la localista campaña del uso social del catalán.
Soy madrileño de nacimiento e intento aprender la lengua catalana, porque me gusta y aprecio la fluidez rítmica de sus términos y palabras, además de facilitarme la comprensión del lenguaje de tantos que han hecho de Catalunya lo que es. La educación o la corrección, que son elementos de concordia e interrelación humanas, nada tiene que ver con la discriminación de no compartir la lengua. No hagamos una Babel de razas, sino un espacio publico de libertad en el que todos podamos estar unidos. Compartamos las lenguas para que no desaparezcan, pero no impongamos las lenguas para que ninguno nos entendamos. Señor Rovira, sea prudente, pues puede herir a los que sentimos Catalunya.
Antonio Sánchez /Madrid

Jetas
Si algún género nos sobra en España, tanto como para poder exportarlo gratuitamente a otros países, ese es el de los jetas. Digo esto a tenor de las declaraciones del patrón de patrones, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz
Ferrán, que, después de haber propuesto hace unos meses un paréntesis en el libre mercado, ahora nos sale con que hay que abaratar el despido. Para quitarle hierro al asunto, dijo que esta medida sólo debería aplicarse durante este periodo de desastre económico que vivimos, pero si dejamos que los empresarios tengan carta blanca para despedir libremente, haya crisis o no, ese camino ya no tendrá vuelta atrás.
Los derechos sociales y laborales que hoy disfrutan los trabajadores en este país son fruto de muchos años de lucha, incluso con víctimas de por medio, y ahora, quienes con su usura, avaricia y ganas de amontonar dinero de forma voraz han contribuido a este crack del siglo XXI, son los que quieren proyectar las consecuencias de su irresponsabilidad y canibalismo financiero sobre los trabajadores.
No es casual que el gobernador del Banco de España y el patrón de patrones se hayan puesto de acuerdo y hayan dicho lo mismo uno detrás de otro. Y a todo esto, en UGT y CCOO todos calladitos. ¿No será el momento de fortalecer de nuevo a sindicatos de clase de verdad, como la CNT?
Franz Vázquez/Zamora

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