Con negritas

Es noviembre y toca hablar del dividendo de Repsol

Desde hace dos años, al llegar estas fechas empiezan las cábalas sobre el dividendo de Repsol, que el consejo de administración suele abordar en su reunión de noviembre. Las primeras informaciones apuntan a una posible subida del 10%, con lo que se situaría en 1,155 euros por acción, la remuneración más alta de toda la historia de la petrolera española. Pero habrá que ver si finalmente los resultados dan para tanto, pues la mejora experimentada durante los nueve primeros meses de 2011 fue del 5,7%.

En cualquier caso, este ejercicio está siendo pródigo en buenas noticias para Repsol, en especial dentro del área de exploración, la niña mimada de ANTONIO BRUFAU. El presidente de la compañía siempre ha puesto un especial énfasis en la conveniencia de buscar con paciencia nuevos yacimientos, pese a las costosas inversiones que requiere. Gracias a ello, cuenta hoy con una tecnología de primer nivel y ha hecho prometedores hallazgos, como los muy recientes de Cuenca de Santos (Brasil) y Vaca Muerta (Argentina).

Sin embargo, ese empeño de Brufau ha sido causa de algunos roces con su principal accionista, Sacyr, que tiene un 20% de Repsol y tres puestos en el consejo. Mientras conservó la presidencia de la constructora, LUIS DEL RIVERO exhibió una visión del negocio más centrada en la distribución y, por lo tanto, en la rentabilidad a corto plazo. Pronto se sabrá si MANUEL MANRIQUE, que lo sucedió recientemente tras una revuelta palaciega, mantiene ese criterio o hace suyo el del primer ejecutivo de Repsol.

Del Rivero perdió el cargo tras el controvertido pacto que firmó con Pemex este verano para hacerse fuertes en la petrolera española e imponer un consejero delegado. Pero su sentencia de muerte empezó a escribirse mucho antes, hace ahora precisamente dos años, cuando el enfrentamiento con Brufau salió a la luz pública a propósito del dividendo de 2009. Del Rivero se opuso sin éxito a que fuera recortado, alterando así la paz social, lo que le granjeó fuertes enemistades, que acabarían propiciando su defenestración.

Más Noticias