Punto de Fisión

Burundanga para todos

Con manifiesta habilidad y no poca prudencia, Angelina Jolie y Brad Pitt han dado la noticia de su separación amparándose tras la bronca de enamorados entre Pablo Iglesias e Iñigo Errejón. Aunque también podía haber sido al revés. El paraguas mediático ha atenuado bastante el chaparrón de tristeza entre los fans de una y otra pareja. Lo de Brad y Angelina se veía venir desde aquella película en que los dos hacían de asesinos a sueldo casados entre sí y no paraban de tirarse balazos a la cabeza; lo de Iñigo y Pablo desde que se abrazaban a todas horas, es decir, desde la escuela. A Angelina le molesta que Brad fume marihuana y empine el codo; a Iñigo no acaban de convencerle los trucos de seducción de Pablo.

"Hay partidos que discuten por posiciones y hay partidos que contrastan ideas y caminan juntos" ha dicho Errejón para quitar hierro al asunto. Se ignora si con lo de las posiciones Errejón se refiere a que unos van delante y otros detrás o más bien a que en algunos partidos no salen de la postura del misionero. El escándalo mayúsculo que se ha montado por el intercambio de tuits entre ambos dirigentes (en TVE hasta han abierto un telediario con la noticia, como si Cristiano hubiese fichado por el Barca) contrasta con la apacible serenidad que reina en otras formaciones políticas. Por ejemplo, en el PSOE, Susana Díaz y Pdr Snchz recuerdan a la familia Bundy en Matrimonio con hijos, mientras que en el PP siguen empeñados en montar la primera adaptación televisiva de Uno de los nuestros.

La irrupción de Podemos en el anquilosado panorama político patrio fue tan fastuosa que da la impresión de que puede acabarse en cualquier momento, lo mismo que una estrella fugaz o una eyaculación precoz. Por el contrario, las vacas sagradas del hemiciclo mastican, ramonean y escupen sus propuestas con paciencia de mastodontes. De cualquier manera viene bien un poco de agitación, vidilla y movimiento sísmico en la formación morada, porque las bases ya se estaban apalancando. A menudo el odio sirve para reanimar esos matrimonios momificados donde los cónyuges se acuestan cada noche bocarriba, como si ensayaran la mejor postura para el ataúd. Una infidelidad, un buen polvo con el vecino o la vecina sirve para despertarlos de la rutina, del mismo modo que el picotazo del electrochoque le hace una pedorreta al electrocardiograma. Es verdad que a Angelina y a Brad se les fue un poco la mano. Pero la historia de amor entre Iglesias y Errejón, demasiado empalagosa para paladares diabéticos, no tendría ninguna historia si no fuese por estos ratos.

Lo que hace falta a la política española, está claro, es una buena ración de burundanga. Con el burundanga no habría más problemas de comunicación ni la posibilidad de quintas elecciones. Una cita entre Mariano y Pdr Snchz en el programa de Carlos Sobera, una tortilla de burundanga y todo arreglado. Aunque todavía quedaría por resolver el tema clásico de las posiciones.

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