Punto de Fisión

Ayúsame otra vez

Ayúsame otra vez

El madrileño es el único animal que tropieza dos veces en la misma pandemia y cuatro o cinco en la misma presidenta. Lo de la piedra lo tenemos dominado hasta el punto de dejar obsoleto aquel famoso pueblo de Gila, en cuyas fiestas el momento cumbre consistía en romper una piedra de media tonelada a cabezazos: "La destrozó el Aurelio, de dos cabezazos" cuenta Gila. "Cogió carrerilla y la hizo polvo. Lo malo es que al poco se murió. Por fanfarrón, por ir por ahí diciendo: Yo sin boina, a cabeza descubierta". Sin boina y a cabeza descubierta, más o menos igual que votamos los madrileños.

El madrileño podría ser también el único animal que tropieza dos veces en el mismo hospital, pero por suerte para eso también tenemos a Díaz Ayuso, que primero montó el Ifema a base de desmontar trozos de otros hospitales y ahora está a punto de inaugurar el hospital de emergencias de Valdebebas más o menos por los mismos procedimientos. La gracia, además, es que el flamante hospital de Valdebebas nos va a salir mucho más caro, de momento unos cincuenta millones de euros, una minucia teniendo en cuenta que así hemos ayudado a sanear la maltrecha economía de varias de las principales constructoras del país, Ferrovial, Sacyr Infraestructuras, UTE Joca-Urvios y Dragados SA del grupo de Florentino Pérez. Como en Madrid siempre hacemos las cosas a los grande y jamás perdemos la oportunidad de arruinarnos en un negocio seguro, ya sea apostar tres veces por los Juegos Olímpicos o por una Eurovegas financiada por chinos, lo siguiente será estrenar un macrocementerio.

En efecto, Ayuso, igual que Donald Trump, se pirra por los superlativos: "Madrid va a dar un mensaje al mundo, que tiene un nuevo hospital público, que va a ser de los más grandes de España, que está encima junto a un aeropuerto y que tiene unas infraestructuras únicas". El problema empezó cuando la periodista le preguntó por los detalles, específicamente por el personal que va a contratar en el hospital de Valdebebas, porque inaugurar un hospital sin médicos ni sanitarios queda un poco raro, lo mismo que cuando el Sha de Persia compró a Estados Unidos 79 cazabombarderos F-14 Tomcat y luego cayó en la cuenta de que no tenía un solo piloto que supiera manejarlos. Pero daba igual porque los F-14 Tomcat lucen muy bien en las fotos y así el Sha se hizo unas cuantas delante de toda la escuadra y hasta sacó un sello de correos y todo.

Lo del hospital de Valdebebas no sabemos si va a dar para una foto, para un sello de correos o para un cementerio, pero de momento ha servido para otro de esos momentos gloriosos made in Ayuso: "Esas preguntas no se le hacen a una presidenta autonómica" dijo cuando la temeraria periodista le preguntó cuánta gente iba a contratar, teniendo en cuenta que el hospital abre a finales de mes. Menos mal que la estaban entrevistando en Telemadrid, su televisión amiga, porque los ojos de la presidenta empezaron a entrar en barrena apenas reparó en el problema; a lo mejor pensaba que los médicos y sanitarios también se los fabricaba Florentino, o que venían desmontados entre los ladrillos, o que ella misma podía manufacturarlos uno a uno a base de curas y toreros.

Por un instante dio la impresión de estar planeando una inauguración por todo lo alto, codo con codo entre George Clooney, de Urgencias, y Emilio Aragón, de Médico de familia. Salió del mal trago a trompicones, replicando que ya se preocuparían sus allegados de rellenar el organigrama con médicos y sanitarios traídos de otros hospitales, organizando turnos intensivos con voluntarios, porque para qué va a gastarse los tres mill millones de euros que le dio el gobierno en contratar personal médico pudiendo despilfarrarlo en hormigoneras. Quedan cuatro días para la inauguración y todavía no hay ni una bata preparada. A cabezazos.

 

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