De cara

Guardiola arranca valiente y de frente

El día más plácido de la selección, comiendo pipas mientras el resto se juega los cuartos, cerrando la fase previa ante Grecia sin nada en juego, engrasando su cuadrilla de suplentes y, si acaso, contemplando con curiosidad la velocidad que es capaz de generar la cuota inglesa del centro del campo (Xabi Alonso y Cesc), se alteró por una inesperada y lejana sacudida. Teóricamente, el ruidoso acto del Camp Nou consistió en la presentación de Pep Guardiola como nuevo entrenador del Barça, un hecho que ya se conocía y que el club había anunciado en su día de forma oficial. Pero lo que inicialmente no era más que una ceremonia protocolaria se convirtió en mucho más que una declaración de intenciones. El nuevo técnico puso cara y ojos a la revolución. Lejos de esperar acontecimientos y jugar con las clásicas medias verdades que sólo buscan mantener en alto la cotización de los afectados, Guardiola pregonó en alto el nombre de los futbolistas con los que no cuenta: Ronaldinho, Deco y Etoo. Y justificó su decisión en su rendimiento y en "otras cuestiones poco tangibles" que se comprendieron mejor cuando Guardiola habló de que busca "un vestuario fuerte" y jugadores que "quieran". La medida confirma que el Barça cree haber localizado el origen de su deterioro: un entrenador blando (ya reemplazado) y unos jugadores egoístas, poco comprometidos y de dudosa profesionalidad (a los que pretende dar puerta). Los nombres estaban en la calle, pero nunca habían sonado de forma tan alta y tan clara a través de una boca competente. Ronaldinho, Deco y Etoo han sido declarados culpables. Y el veredicto lo ha pronunciado Guardiola. Quizás el paso se vuelva en su contra, porque los millonarios jugadores aludidos no son de salida fácil. Quizás al final se queden y el técnico no sólo tenga que cargar con ellos sino con sus propias palabras. Pero Guardiola ha ganado igual: ha enseñado la valentía que se le ponía en duda. Y frontalidad.

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