Fuego amigo

Cherchez la femme

Alejandro Dumas (padre) acuñó, por boca de uno de sus inspectores de policía de ficción, el latiguillo de "cherchez la femme", buscad a la mujer. La frase entera venía a decir, más o menos, no sin un soplo de misoginia, que "hay una mujer en todos los asuntos (turbios); siempre que me traen un informe, digo: buscad a la mujer".

Cuando Tamayo y Sáenz pusieron en bandeja la presidencia de Madrid a Esperanza Aguirre, como el tribunal de Florida robó descaradamente los votos a Al Gore, el clamor popular (y el socialista también) gritaba: cherchez la femme.

En el lío de espías de opereta (iba a decir de Zarzuela, pero por lo que sabemos el Borbón no tiene nada que ver en la trama), las dos facciones del PP en guerra sin cuartel, la de la lideresa Aguirre y la del faraón Ruiz Gallardón, sólo aparece una mujer a la vista. ¿Cuál? Cherchez la femme.

Es un lío para especialistas en novela negra, porque nadie sabe quién paga a quién por espiar a quién, ni para qué quieren esos informes, de agentes tan chapuceros que van dejando su estela y sus huellas genitales (no sé si se dice así) por donde pasan. Nadie sabe, pero todos intuyen. A Rajoy le encantaría que el asunto se llevara por delante a Esperanza Aguirre de una vez por todas. Aguirre sueña con quitarse de en medio a Gallardón y Rajoy. Gallardón espera matar dos pájaros, dos gaviotas concretamente, de un solo tiro.

El alcalde de Madrid hace un rato que dejaba claras sus aspiraciones en el programa de 59 segundos de Televisión Española. Está seguro de quién es "la femme", una femme que quiere escurrir el bulto como una vulgar "madame" (me encanta el francés, sirve para tantas cosas...). "Merece una depuración de responsabilidades por parte de quien lo haya realizado, de quien lo haya ordenado y en su caso, de quien lo haya financiado", dijo, con la mente posada en la yugular de su presa.

Fraga Iribarne, que tiene más conchas que un galápago, debe de tenerlo igual de claro que Ruiz Gallardón, cuando ayer dejaba caer, con esa media lengua de trapo tan graciosa, que "desgraciadamente hay algunas cuestiones que no están resueltas en este momento entre la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento". Esas cuestiones a las que se refiere el homo antecessor son ciertas minucias como el mangoneo en Caja Madrid y el odio africano que se tienen los dos compañeros de partido... por la mitad.

Una cuestión sí está clara, hay que descartar a Zapatero, porque todavía no le ha acusado el periódico de la facción aguirrista, el diario más sagaz, el mismo que dedujo de una simple cassette del Grupo Mondragón que había sido ETA quien estaba detrás del 11- M. Pero que se ande con cuidado. Por su parte, el diario que levantó la liebre de toda la trama, El País, que tanto labora estos últimos años por llevar a Ruiz Gallardón a la Moncloa, tampoco encuentra pruebas contra Zapatero.

Visto lo cual, no perdamos más tiempo, busquemos a la mujer. Por algún sitio andará.

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