Fuego amigo

Jueces fundamentalistas y jueces abstemios

Se cumplieron los más negros presagios sobre la inoportunidad del nombramiento de Carlos Dívar como presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo. Cierto es que no había que ser un adivino, pero en llegando a este punto y hora me gustaría saber hoy cuáles fueron las razones (poderosas, supongo) que llevaron a Zapatero en su día a nombrar a un católico fundamentalista para el más alto puesto de la magistratura española.

No hace falta insistir en que la presunta independencia del llamado tercer poder, el judicial, es una pamema tan científica como la presunta honorabilidad del Partido Presunto (PP). El sistema judicial no sólo no puede ser independiente, porque nace dependiente de los políticos que los promueven, sino que a menudo se comporta como la criada del Parlamento. El espejismo de su independencia no hace más que afianzar el sistema judicial como un Parlamento Bis.

Zapatero sabía que parte de su credibilidad política radicaba en lograr llevar a buen puerto leyes "sociales" como la del aborto. Y si embargo, creyendo que así calmaba los picores moralizantes del club de solteros de la Conferencia Episcopal, puso al zorro a guardar las gallinas. ¿Por algún momento pensó que un juez de misa diaria, amenazado por el Papa vicediós con la excomunión si no le obedecía, que supedita la legislación humana a un catálogo de normas divinas disparatadas, podría tomar decisiones imparciales sobre la futura ley del aborto?

Por cierto, hablando de disparates, aún mayores: el juez nombrado por CiU se abstuvo en la votación. ¿Qué hace un juez absteniéndose cuando le preguntan? ¿Cómo puede ser juez y "abstemio legal" a un tiempo?

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