Fuego amigo

El santo patrón del terrorismo

Ayer fue el día de san Iñaki de Juana Chaos. Todas las fuerzas políticas, parapolíticas, judiciales y mediáticas lo celebraron con distintos actos durante todo el día. Aunque para hoy queda lo que en Galicia llamamos la "refesta", el remate festivo con la decisión del pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional sobre si al etarra en huelga de hambre se le puede enviar a casa a que continúe allí su reclusión, en prisión atenuada, dado el agravamiento de su estado de salud en inminente peligro de muerte según un dictamen médico. Estas cosas generalmente las resuelven tres magistrados, por lo visto, pero dadas las implicaciones extra judiciales del caso se va a tomar una decisión colegiada. ¿Por qué? Pues porque nadie quiere ponerle en solitario el cascabel al gato, ninguna de sus señorías quiere ser señalada a continuación por una decisión... que a una de las dos españas va a helarle el corazón.

En torno a la resolución de este conflicto, durante todo el día de ayer oímos muchas voces, unas sosegadas, otras exaltadas, unas pasionales, otras estrictamente técnicas, pero, queramos o no, convencidos todos de que la decisión de los jueces tendrá muchas consecuencias emocionales. Las asociaciones de víctimas del terrorismo se oponen, yo creo que, en cierto modo, de oficio, porque sus afiliados no entenderían una postura, digamos, más humanitaria, si exceptuamos la sobreactuación de la extrema derecha de la AVT que deja a entender que por ellos se puede morir el asesino. El Partido Popular se pasó el día enviando recaditos a sus magistrados de cabecera sobre la impertinencia de ceder ante el etarra en huelga de hambre, pues sería como indicar el camino de la vuelta a casa, aunque sea en estado de coma, del resto de sus compinches. Eso sí, promete acatar la decisión judicial, como si hubiese la posibilidad de hacer lo contrario, ignorantes de que cuando las obviedades toman rango de declaración solemne suenan a simple estupidez.

Otra de las argumentaciones en contra de la medida humanitaria, muy manejada durante el día de ayer, fue que una alimaña como De Juana Chaos no mostró el menor sentimiento humanitario en sus múltiples asesinatos, ni arrepentimiento, en cuya consecución mostró no poco sadismo. Cierto. Lo que ocultan es que De Juana ya pagó por esos crímenes, si es que uno puede pagar del todo tanto horror y sufrimiento como causó, aunque muchos pensamos que algo no funciona correctamente cuando un asesino de esas características puede estar en la calle tras dieciocho años de cárcel sin haber dado la menor muestra de remordimiento. Pero así es el Estado de Derecho, cuyo Código Penal también votó a favor el PP, aunque siempre estamos a tiempo de cambiarlo. Pero en el Parlamento, y no en el pleno de la Sala de lo Penal de ningún juzgado.

En la discusión se han mezclado los asesinatos por los que ya pagó con la a todas luces desmesurada condena por dos artículos en Gara. Por esa razón está en huelga de hambre, y no otra. Que pueda ir a su casa en el estado lamentable en que se encuentra es algo que se ajusta a derecho, no es una rendición del sistema judicial, tal como nos hartamos de oír ayer a las voces más extremosas, en un intento de mezclar todos los conceptos agravantes posibles, incluso la mentira, para confundir a la opinión pública.

Del otro lado hay un montón de gente sin criterio formado, o bien que se debate entre lo que le pide el cuerpo, es decir, la muerte del asesino que tuvo el atrevimiento de reírse públicamente de sus víctimas, y una ética humanitaria que le recuerda que la muerte es el fracaso de la vida, y el odio, el antónimo de la justicia.

Y así estamos, a la espera de sus señorías. Yo, como no soy dios, me debato también en los dos campos, en el del corazón y el de la razón. No quiero engañaros. Pero creo que en la cosa pública sólo la cabeza fría y el estado de derecho nos pueden salvar de males mayores.
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Primera meditación para hoy: cuando el fiscal general de Israel acusó formalmente al presidente del país, el ultraderechista Moshe Katsav, de varios delitos de acoso y violación a empleadas suyas, rescató en su defensa la frase histórica de "esto es una conspiración política contra mí". ¿A quien me pareció oírle algo parecido en Alhaurín el Grande el otro día?

Segunda meditación para hoy: el tribunal del 11-M admite la petición de uno de los encausados, Jamal Zougam, de que comparezcan en el juicio tres etarras, la columna vertebral de la teoría de la conspiración edificada por la derecha, en contra de todos los informes policiales que descartan el menor asomo de implicación de ETA en el atentado. Curiosamente, ante el nuevo presidente de la sala, el conservador Gómez Bermúdez, en el que la derecha tiene tantas esperanzas puestas, el mismo que ha sido recusado por dos veces (y una tercera ayer, admitida a trámite por el Supremo) para presidir la sala de lo Penal. Veamos... Jamal Zougam, cómplice de Suárez Trashorras, otro implicado, el que confesó ser capaz, más o menos, de vender a su madre al diario El Mundo si el periodismo de investigación pagaba bien. Veamos... el diario El Mundo, el inventor de la teoría conspiranoica. Veamos... un juez conservador.

Tercera meditación: mientras el gobierno deshace la margarita de qué hacer con los guardias civiles que se manifestaron el otro día en Madrid de uniforme, uno de sus portavoces respondió ayer con palabras que me inquietaron y despertaron viejos demonios en mi cabeza. Vino a decir que si se intenta algún tipo de sanción contra ellos que "sabrán responder muy contundentemente". Será el subconsciente que se despereza, pero oírle a un guardia civil, pistola al cinto, decir que va a actuar contundentemente contra la legalidad, se me pone un mal cuerpo...

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