La trama mediática

Ataques de cuernos

Déjenme que adivine: en todos los mercados opinativos donde nos abastecemos para esta sección habrá un editorial y no menos de dos columnas tocando a rebato por la decisión del Parlament de Catalunya de ir poniendo proa en aquel pedazo peninsular a la llamada Fiesta Nacional. ¿Y qué dirán? Básicamente, lo mismo que durante las largas vísperas de la decisión, calentadas a llama viva por quienes pretenden que en cuestión de cuernos sólo pueden pronunciarse los sabios del tendido siete de la Monumental. Carlos Herrera es uno de ellos y así se manifestaba en ABC: "Los que quieren prohibir la fiesta de los toros en Cataluña no tienen el más mínimo interés en la integridad ni en el sufrimiento del toro, no conocen ni cómo nace ni cómo se cría, no han ido en su vida a una plaza de toros, no saben si es carnívoro o herbívoro y no tienen ni idea a lo que sabe su carne". Esférico argumento que pulía aún más profetizando el inminente advenimiento del Gran Hermano: "Se empieza prohibiendo las corridas de toros y se acaba entrando en las vidas particulares para dictar comportamientos privados en aras de lo nacionalmente correcto".

Lo nacional... ¿de qué nación?

Ahí le ha dado Don Carlos: "lo nacionalmente correcto". Esa ha sido la mandanga predilecta de los abanderados de la continuidad de la sangre en las arenas catalanas. Un editorial de ABC negro zahíno lo mugía así: "Los nacionalistas radicales buscan cualquier pretexto para plantear un desafío a la españolidad de Cataluña. Después del fracaso estruendoso de las consultas independentistas, llega el turno de debatir en el Parlamento autonómico sobre la tramitación de una ley antitaurina, contraria a la realidad social y a la tradición histórica".

Más práctico y con su habitual visión comercial, El Mundo aprovechaba para hacerse promoción en un editorial. Aunque la pieza se titulaba "Por la libertad y el pluralismo, sí a los toros", la mercancía que colaba era esta: "Es en este contexto en el que El Mundo refuerza su sección taurina con el fichaje de Vicente Zabala, uno de los grandes periodistas especializados en la fiesta." El que no corre...

Fuera de la polémica, pero no lejos de los ataques de cuernos, cerramos pieza, también en El Mundo, con una embestida de David Torres contra el Gran Wyoming: "Ahora intenta arreglar su carrera de cómico de presa a costa de dar pena y dice sentir miedo, pero le falta ideología para que alguien le calce una hostia". Así está el patio.

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